Decenas de personas que por momentos se aglomeraban en los pasillos y locales del mercado de pescados y mariscos La Nueva Viga, así como largas filas de vehículos que esperaban sobre el Eje 6 Sur, en Iztapalapa, para alcanzar un lugar en el estacionamiento, fue el escenario previo a los días de la celebración de la Semana Santa en la capital, que se mantiene en semáforo epidemiológico verde, a diferencia de hace un año que estaba en naranja.
En contraste con la semana pasada, cuando el centro de abasto estaba semivacío y las charolas de productos estaban a la mitad, vacías o con los mariscos en el congelador, ayer, antes de las nueve de la mañana, afuera el tránsito vehicular era caótico, mientras adentro la sana distancia desaparecía por momentos y el uso del cubrebocas se relajó entre algunos de los visitantes y locatarios.
Consumidores entrevistados dijeron que acudieron ayer a realizar sus compras al mercado –que inicia actividades desde las dos de la mañana– porque en lo que resta de la semana “se pone más lleno”.
“¡Le damos precio!”, “¿qué le damos?, pregunte madrecita!”, “¡tenemos camarón jumbo, de primera!”, se escuchaba en medio del olor penetrante de la mojarra, cazón, sierra, pulpo, entre otras variedades, y del ruido de las cajas de plástico que arrastraban los trabajadores sobre el piso mojado para colocarlas en los puestos.
A pesar de que los precios de la mayoría de los productos se encarecieron, para Paula Carrillo, residente de Zapotitla, Tláhuac, el mercado “es el mejor sitio para comprar” en la capital, por lo que destinó alrededor de 2 mil pesos para las 20 personas de su familia.