Al concluir la actividad del Instituto Nacional Electoral (INE) en la revocación de mandato, entre la reivindicación a la exitosa organización del ejercicio se dio a conocer el alto nivel de litigiosidad, porque se presentaron 188 quejas, en su mayoría por violaciones de funcionarios a las restricciones legales. La consejera Dania Ravel censuró la “reiterada y sistemática” violación a la ley por parte de los gobernantes y consideró muy preocupante el incumplimiento de las medidas cautelares de estos mismos servidores públicos.
“Es un incumplimiento insólito, jamás habíamos tenido un escenario político donde fuese tan evidente el ánimo de transgredir la ley y la Constitución, ni en elecciones ni en consulta popular”. Estimó inaceptable que la Unidad Técnica de lo Contencioso dictara acuerdos de 28 medidas cautelares, de las cuales hubo incumplimiento de 18 de ellas en este contexto de desafío a incumplimiento de la ley, “15 de las cuales fueron a funcionarios públicos, entre ellos el Presidente y la jefa de Gobierno, que fueron a quienes se les ha notificado el mayor número de incumplimientos”.
Entre tanto, la sesión fue escenario de un intenso debate con tonos estridentes sobre el saldo final de este ejercicio. El morenista Mario Llergo celebró el respaldo a Andrés Manuel López Obrador, contrario a las voces de “académicos resentidos, empresarios voraces y castas reaccionarias”. Acusó que el resultado debe obligarlos a deponer “su actitud sediciosa, destinada al fracaso, una rebelión sorda y tortuosa”.
Deploró el desdén, dijo, del consejero Ciro Murayama, quien en un tuit ironizó sobre el resultado final: “Por cada dos firmas entregadas para promover el proceso, hubo tres votos”, acusándolo de burlarse del pueblo y calificó el mensaje de “reto callejero”. Criticó la “conspiración conservadora” y el odio que fracasó, anunciando que “vamos a purificar al INE con consejeros elegidos por el pueblo. Yo le respondo: por cada tres votos hoy, habrá 300 a favor de la Cuarta Transformación en 2024”.
De inmediato, Murayama le reviró enfatizando en “las matemáticas” del morenista: “Si eso sucediera, votarían 165 millones, nada más que sólo hay 122 millones de mexicanos, así que votarán hasta los niños y aún así le faltarán 40 millones”. El consejero Uuc-kib Espadas terció en la confrontación: “No, consejero, habría mil 650 millones de votos” de salir las cuentas del morenista.
Mientras tanto, los panistas Víctor Hugo Sondón y Humberto Aguilar arremetieron contra el “acarreo” y el desafío a la ley que, dijeron, prevaleció en esta jornada. De nada sirvieron, aseguró Sondón, sus “burdos acarreos” porque a ocho de cada 10 ciudadanos no les interesó este ejercicio.
En su balance final, el consejero presidente, Lorenzo Córdova, afirmó que pese a los ataques al instituto, “las irregularidades y violación sistemática a la ley, los esfuerzos por descarrilar el proceso, el INE demostró que es una institución constitucionalmente autónoma que, por más presiones y amenazas es capaz de ser un árbitro imparcial”.