La organización Que Siga la Democracia, una de las agrupaciones que recopilaron las firmas que impulsaron la consulta de revocación de mandato presidencial, sostuvo que el ejercicio del domingo será parte de la historia e incluso estará en los libros de texto de educación básica del país, ya que Andrés Manuel López Obrador se convirtió en el primer presidente que se somete a un mecanismo de este tipo.
“Este proceso que vivimos estará en los libros de texto, estará en los libros de historia y formará parte de la historia contemporánea de nuestro país. Andrés Manuel López Obrador, a partir de ayer (domingo) es el primer presidente de México que se somete a la consulta de revocación de mandato”, indicó ayer en conferencia de prensa la presidenta de la organización, Gabriela Jiménez.
Destacó que a pesar de los “obstáculos”, como la instalación de un tercio de las casillas, se lograron los objetivos. “Estamos de fiesta, estamos celebrando porque tuvimos una excelente participación en la jornada electoral”, señaló tras estimar que con la totalidad de casillas instaladas se hubiera registrado 54 por ciento de participación del listado nominal.
Gracias a la reforma y a la Ley Federal de Revocación de Mandato ya existe un mecanismo para cambiar al gobierno si no se está de acuerdo, por lo que “es un gran legado de este movimiento de la Cuarta Transformación”, agregó a la vez que anticipó un triunfo para Morena en 2024.
La presidenta de Que Siga la Democracia resaltó que la participación se alcanzó “con mínima difusión, con poco presupuesto, con puros voluntarios, y sin tener nosotros una campaña como esas presidenciales con candidatos caminando por las calles; obtuvimos 16 millones, lo cual es un gran triunfo de la ciudadanía”.
En cambió, subrayó que Felipe Calderón y Vicente Fox alcanzaron la Presidencia de la República con menos votos de los emitidos el domingo, aunque con 100 por ciento de casillas instaladas y “haciendo uso de más tiempo en radio y televisión”.
Además, reprochó que el Instituto Nacional Electoral buscara minimizar un movimiento que surgió de los ciudadanos, mientras los partidos de oposición llamaron a no votar.