Nueva York. “Fui hacia la casa del rico, / y le arrebaté lo que me había robado, /recuperé mi humanidad, / mi dignidad. / Fui a Wall Street y recuperé lo que me robaron. / No voy a dejar que el sistema me atropelle”, cantaron cientos de manifestantes de la Campaña de los Pobres –la resucitacion de la última iniciativa del reverendo Martin Luther King hace medio siglo– al marchar ayer frente a la Bolsa de Valores de Nueva York.
Esta marcha, una de 12 movilizaciones regionales en preparación para una magna “marcha moral” nacional de y por los pobres y trabajadores de bajos ingresos, programada para el 18 de junio, para “irrumpir” y “transformar” este país desde abajo, culminó en un mitin en la histórica iglesia Trinity, que preside Wall Street, donde el codirector de la campaña, reverendo William Barber, declaró que el objetivo es “salvar a este país de sí mismo”.
Con canciones viejas y nuevas de lucha social, la marcha sorprendió el corazón del sector financiero así como a turistas de todo el mundo al proceder por esta capital del capital, con el mosaico multiracial y transgeneracional de manifestantes repitiendo versos sobre solidaridad y dignidad social, y pancartas en las que se leía la proclama: “todos tienen el derecho de vivir” y “todos nos elevamos cuando nos levantamos desde abajo”.
La voz retumbante, con acento sureño, del reverendo Barber, uno de los herederos de King, sonó dentro de la iglesia que “este país necesita un transplante de corazón”, ya que algo está muy mal en una nación que pasó por una pandemia y sigue sin un seguro de salud universal.
Deploró el que “nuestra política esté atrapada en la mentira de la escasez, de la mentira neoliberal… donde culpan a los pobres de la pobreza”, un país en donde casi la mitad de la población –140 millones– vive en pobreza o con ingresos bajos, donde unos 250 mil mueren al año por pobreza y donde lo único que sí falta en éste, el país más rico del mundo, es “conciencia moral”.
Denunció el racismo sistémico, la devastación ecológica, la economía de guerra y el militarismo, la “falsa narrativa de los cristianos nacionalistas”, y reiteró que “necesitamos una resucitación moral”.
La reverenda Liz Theoharis, codirectora de la Campaña de los Pobres, declaró que este movimiento de “fusión” de varios sectores y luchas sociales busca ser “perturbador” y tiene como demanda central “una redistribución radical del poder político y económico” en este país.
Durante la marcha que culminó en la iglesia, Barber y Theoharis invitaron a otros líderes religiosos –cristianos, judíos y musulmanes– a ofrecer breves mensajes del porqué están en este movimiento. A la vez, hubo “testimonios” de aquellos que han luchado contra sus condiciones de pobreza y marginalización, y que ahora son protagonistas en esta campaña, entre ellos una mujer indígena de Long Island, quien señaló que políticos ricos, como el ex alcalde de esta ciudad, el multimillonario Mike Bloomberg, siempre hablan de cómo “nos va ayudar, pero tienen sus mansiones sobre las tierras que nos robaron”.
Una joven barista que trabaja en un Starbucks de Ithaca, Nueva York, anunció que hace tres días ella y sus compañeros se acababan de sindicalizar, a pesar de la ofensiva antisindical de esa empresa, afirmando que “nuestra solidaridad resulta ser más fuerte que la riqueza de los ejecutivos”. Otros hablaron de sus luchas por justicia racial, por vivienda, por acceso a la salud, por los derechos gay.
“No nos moveremos”, entonaron en español los versos de esa vieja canción de lucha social, la cual ahora tiene voces jóvenes, y con ello, el movimiento de justicia social y económica y antimperial de King permite soñar otra vez en este país.
Más información en https://www.poorpeoplescampaign.org/