Roma. Italia rechaza que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) participe militarmente en el conflicto de Ucrania, “porque llevará a una guerra mundial”, aseguró ayer el canciller Luigi De Maio. Agregó: “ya estamos en una guerra mundial, pero afortunadamente, no desde el punto de vista militar.
“Todos estamos de acuerdo, incluso el secretario general de la alianza, Jens Stoltenberg, en que debemos evitar un tercer conflicto. Por ahora, ya hay una guerra mundial de precios”, declaró De Maio en Maddaloni.
El canciller italiano sostuvo que “en todos los lugares del mundo los precios del pan, los cereales, el maíz y la energía se están disparando, pero otra cosa es involucrar a nuestros aviones de combate en Ucrania porque tendríamos que responder al primer derribo y ahí estallaría la tercera guerra mundial”.
Aseveró que la actual situación debe acabar, pero para ello la única opción es la diplomática, con una fuerte implicación de la Unión Europea, que tiene el deber de impulsar todas las acciones necesarias con una conferencia de paz, para llegar primero al alto el fuego e inmediatamente después al gran acuerdo vinculado a los temas que están sobre la mesa”.
Stoltenberg afirmó en entrevista con el diario británico The Telegraph que la OTAN hace planes para establecer una fuerza permanente en el este de Europa, capaz de repeler eventuales agresiones en el futuro.
“Con independencia de cuándo y cómo termine la guerra en Ucrania, el conflicto ya ha producido consecuencias a largo plazo para nuestra seguridad. La OTAN necesita adaptarse a la nueva realidad”, añadió Stoltenberg.
En el flanco este, se avanzará desde “una disuasión basada en la alerta temprana”, apuntó el secretario general, en referencia a una fuerza capaz de repeler de manera inmediata una ofensiva.
Estados Unidos se ha comprometido a proporcionar a Ucrania “las armas que necesite” para defenderse de Rusia, aseveró el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan.
Por otra parte, el canciller alemán, Olaf Scholz, condenó en una conversación telefónica con el presidente ucranio, Volodymir Zelensky, “los atroces crímenes de guerra cometidos por los militares rusos” en Bucha y otros lugares de Ucrania.
La comunidad rusa en Alemania organizó este fin de semana varias manifestaciones para denunciar que sus miembros sufren discriminación desde que comenzó la guerra en Ucrania.
Cerca de 800 personas que portaban banderas rusas se congregaron ayer en el centro de Fráncfort con la consigna “contra el odio y el acoso”, constató la agencia de noticias Afp.
La marcha comenzó en el barrio donde están los grandes bancos y se acercó a una protesta de apoyo a Ucrania que reunió a un centenar de personas, pero ambos grupos se mantuvieron separados por un cordón policial.
En Hanover, en el norte del país, se reunieron unas 600 personas convocadas por la comunidad de habla rusa, reportó la policía local.
Los manifestantes organizaron un convoy de vehículos bajo la estrecha vigilancia de la policía y cerca de 3 mil 500 personas se congregaron en una contramanifestación de apoyo a Ucrania.
Desde que empezó la ofensiva rusa en Ucrania (24 de febrero), la policía alemana ha registrado más de 383 denuncias por actos antirrusos y 181 contra ucranios.
El premier canadiense, Justin Trudeau, informó que su gobierno brinda apoyo de investigación a las labores para documentar crímenes de guerra en Ucrania, y aseguró que el presidente ruso, Vladimir Putin, es el responsable.
El Papa condenó el “disparate de la guerra” sin mencionar de forma explícita la invasión rusa a Ucrania y pidió una tregua de Pascua para avanzar hacia la paz.