Tel Aviv., Soldados israelíes mataron a tiros ayer a una mujer palestina desarmada, un grupo incendió un ancestral santuario judío y el ejército israelí comenzó una serie de hostiles redadas en Cisjordania contra lo que el primer ministro de Israel, NaftaliBennet, definió de “nueva ola de terrorismo”.
Se trata de los episodios de violencia más recientes en el mes sagrado del Ramadán. La tensión ha aumentado a medida que el periodo de rituales islámico de este año coincide con las principales festividades judías y cristianas. Las protestas del año pasado derivaron en una guerra de 11 días entre Israel y los militantes de Gaza.
El ejército de Naftali Bennet sostuvo que disparó a la parte inferior del cuerpo de la mujer después de que ella se acercó a un puesto de control militar cerca de la ciudad cisjordana de Belén e ignoró las órdenes de detenerse y los disparos de advertencia. El Ministerio de Salud palestino comunicó que la mujer, de 40 años, murió en un hospital a causa de sus heridas.
Militares israelíes confirmaron que la víctima estaba desarmada y que el incidente estaba bajo investigación.
Por otra parte, el sábado por la noche un grupo de palestinos marchó hacia un ancestral santuario en Cisjordania venerado por judíos y lo incendió antes de ser dispersado por fuerzas de seguridad palestinas, informó el general de brigada Ran Kochav, vocero militar israelí. Imágenes en redes sociales mostraban partes de la Tumba de José destruidas y quemadas, dicho enclave, en la ciudad cisjordana de Nablus, es un controvertido lugar de oración. Algunos judíos creen que el José de la Biblia está enterrado allí, mientras los musulmanes aseguran que es la tumba de un jeque. Las tropas de Tel Aviv suelen escoltar a fieles judíos al lugar varias veces al año, en coordinación con agentes de seguridad palestina.
El incidente generó condenas por parte de líderes israelíes. El primer ministro Naftali Bennett declaró estar consternado por las imágenes y advirtió que su gobierno encontraría a los responsables y repararía los daños a su patrimonio cultural.
En este contexto, las tropas israelíes realizaron operaciones especiales en Yenín y la zona circundante, donde vivían dos de los palestinos que realizaron ataques mortales contra israelíes en las semanas recientes.
Una redada en la localidad natal de uno de los agresores desencadenó un intercambio de disparos el sábado en Cisjordania, en el que murió al menos un miliciano palestino.
El vocero militar Kochav aseguró que las fuerzas en Cisjordania realizaban detenciones y preparaban las viviendas de los agresores para su demolición.
Según un comunicado militar, cuando las fuerzas operaban en el poblado de Yabad, donde vivía uno de los hostiles, se produjo “un disturbio violento” y las tropas “neutralizaron” a un palestino que les lanzó un dispositivo explosivo. No se reportó el estado de salud del miliciano.
Además, militares israelíes detuvieron a ocho sospechosos y encontraron munición, armas y uniformes de su propio ejército en la casa de uno de los sospechosos palestinos.
En las recientes semanas, cuatro ataques de palestinos han dejado 14 personas muertas, uno de los peores brotes de violencia contra israelíes en años.