“Antes de Wet Leg, me asustaban mucho las guitarras eléctricas, porque hacen que suene muy fuerte”, afirmó casi en susurros Hester Chambers en entrevista con The Independent. A pesar de sus canciones casi descaradas y obscenas, su compañera de banda, la vocalista Rhian Teasdale, parece compartir ese carácter tímido o reservado. Aunque también esa reacción podría deberse a que el dueto de la Isla de Wight, en Reino Unido, todavía es ajeno al rápido ascenso que ha tenido desde que publicó Chaise Longue, el sencillo que encendió las alertas el año pasado.
Dave Grohl ha asegurado que “Wet Leg está a punto de apoderarse de Estados Unidos”, sin ocultar que él y sus amigos a veces se quedan hasta altas horas de la madrugada escuchando sus canciones. Sin embargo, mientras componían Chaise Longue, lo que pasaba por sus cabezas no era llegar a grandes públicos. “Estábamos muy tarde en la noche, y era una canción que se suponía era sólo para nosotras, en una carpeta llamada High Jams’.”, contó la vocalista.
“Me encantaban esas noches. Simplemente escuchar a la mañana siguiente lo que sea que habíamos hecho y decir ‘Oh, Dios mío’. Fuimos muy felices con algo que en realidad es bastante tonto”, agregó Chambers. Aunque algunos entrevistadores han tratado de asignar “agendas políticas” a la canción, para Teasdale no es así, “sólo estábamos pasando un buen rato, y eso está bien”.
Con un aire relajado
Su primer disco está hecho básicamente así. Mucho del material fue compuesto antes de tener un contrato, de modo que cuenta con un aire relajado. Las letras son juguetonas y ocurrentes, y la música mezcla el dream pop, el punk y el rock indie. Su segundo sencillo, Wet Dream, fue tildado de “muy obsceno” para ser transmitido en la radio. “Fue divertido, ¿no?”, le pregunta Teasdale a Chambers. “Creo que si fuéramos raperas, probablemente ni siquiera mencionarían eso”.
La guitarrista coincidió: “Sí, es extraño. Hicimos algo hace unos meses donde nos pidieron que censuráramos ‘afeita mi rata’, en la letra de Too Late Now. Realmente no entiendo por qué”. Para Teasdale que les pidan algo así es “hacer vergonzoso el afeitar o no tu rata”.
Muchas de sus canciones tienen ese espíritu nervioso, infantil y brillante. Ur Mum, por ejemplo, fue escrita cuando Teasdale reflexionaba sobre una relación en la que “siempre caminas detrás de alguien. Es bueno estar enamorada y todo, pero también está bien sentirse motivada y esforzarse en uno mismo y en tus propias metas y aspiraciones. A veces, cuando estás tan concentrada en tratar de hacer que alguien te ame, toma mucha energía que podrías invertir en algo más”.
El dueto tiene una dinámica de hermanas, se comunica con miradas y sonrisas, a menudo dirigiendo sus respuestas a la otra. Cuando la vocalista termina una frase, voltea a ver a la guitarrista para escuchar su opinión, invitación que su compañera constantemente declina.
Ninguno de los amigos de Teasdale en la escuela se interesaba particularmente por la música, incluso ella apenas tocaba una nota cuando dejó sus estudios para aprender esa carrera técnica. La decisión asustó a su madre. “Ella opinaba que la educación era el trampolín hacia el éxito”. Fue dentro de ese tenor que ella y Chambers se conocieron, unidas por el amor compartido hacia Laura Marling, Patrick Watson y la música nórdica.
Su primer ensayo juntas se sintió extraño, comentó Teasdale, porque nunca había hecho música en un cuarto sin hombres presentes. “Simplemente era diferente sentir que todo dependía de nosotras, supongo. Creo que los chicos siempre se han sentido más confiados en ese tipo de espacios, y yo no había encontrado un lugar en el que sintiera que iba a florecer”. Frunciendo las cejas agregó: “No es que me sintiera enojada por eso. No era como si estuviéramos en una banda con hombres y dijéramos: ‘queremos hacer esto’, y ellos nos dijeran: ‘no, somos hombres’”.
Vibra sarcástica
Su principal meta cuando empezaron a escribir música era entrar gratis a los festivales. “El punto no era: ‘¿esta canción es buena?’, sino ‘¿contará esto como un set de 30 minutos para un festival’, queríamos que los temas fueran animados y un poco divertidos..., pero, en realidad, sólo somos unas emos”, señaló la vocalista. La vibra sarcástica, a veces misántropa de su música fue “accidental”, insiste. “Estábamos tratando de escribir canciones de fiesta y entonces, en realidad, sólo escribimos temas sobre cómo nos sentíamos en una fiesta, y no nos gusta”.
Aunque no están seguras de en qué año comenzaron a presentarse en festivales, una cosa sí tienen presente: “A finales de 2020, firmamos con Domino”, contó Teasdale. Pero incluso después del contrato sus expectativas eran bajas. “Siendo realistas, la mayoría de la gente que firma con un sello necesitará otro trabajo. Siempre he creído que habría más balance entre estar en una banda y una vida normal. Ni siquiera creo que hayamos pensado: ‘Vamos a conseguir un buen trato y dejar nuestros trabajos’”, explicó la cantante.
A pesar de que ahora sus circunstancias son otras, ellas siguen manteniendo cierta reserva. “Sólo tratamos de quedarnos sobre la ola”, añadió Chambers. Esto “va a acabar, inevitablemente. Estamos muy conscientes de eso. Es importante disfrutar el viaje”, remató Teasdale.
El álbum homónimo de Wet Leg está disponible en plataformas desde el viernes.