Ciudad de México. Integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) marchaban hoy rumbo al Zócalo de la Ciudad de México donde cerrarán simbólicamente su II Congreso Nacional Político-Educativo.
La movilización inició en el cruce de Bucareli y Reforma, al pie del llamado Antimonumento a los 43, y concluirá en la Plaza de la Constitución.
Previamente, los dirigentes de la CNTE dieron una conferencia de prensa en la que dieron a conocer la declaración política del segundo Congreso.
En ésta recordaron que con sus acciones, este colectivo magisterial colocó en el centro del debate nacional “las amenazas que enfrenta la educación pública en el país, evidenciando el carácter punitivo de la mal llamada reforma educativa, la pretensión del modelo neoliberal en el terreno pedagógico, emanado de las oficinas empresariales y los organismos económicos internacionales”.
Agregaron que también exhibieron “al charrismo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) como rastrero, timorato y entreguista, que no representa los intereses de los trabajadores, ni de la educación pública; desterramos la falsa idea fatalista de que no se puede enfrentar al Estado”.
Remarcaron que como parte de su lucha y resistencia, se lograron 18 reuniones con siete mesas temáticas convocadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en las que se concentraron las demandas más sentidas del magisterio, que, dijeron, se basan en la defensa de la educación pública, los derechos laborales, la libre organización, salud, democracia y justicia.
Sin embargo, denunciaron, el Ejecutivo federal suspendió la interlocución con la CNTE. “Debemos reconocer avances en algunas mesas, pero en las más importantes, hay mutismo y desinterés”.
Hay mentores cesados, sin pago, el programa de basificación quedó en promesas, huno una retracción en el compromiso de entrada automática al servicio educativo para los egresados de las normales públicas, y en los casos de Nochixtlán y Ayotzinapa no se ha alcanzado la justicia.
En su declaratoria, la CNTE recordó que el reconocimiento de su Programa Nacional Educativo “fue mandado al túnel del tiempo”, además que existe “una gran beligerancia en la defensa de una reforma educativa que es igual o más dañina que la de Enrique Peña Nieto”.
Otras falencias que detectaron y que no han sido resueltas por la actual administración federal, dijeron, es que sigue el desabasto de medicamentos en las clínicas del ISSSTE, las cuales también están mal equipadas; continúa una extrema precarización de sus compañeros jubilados debido a que la pensión se les sigue pagando en Unidad de Medida Administrativa (UMA).
El presidente tampoco “cumplió su palabra de piso parejo para los relevos sindicales sino que lo suplantó por el voto universal y secreto, además hizo alianza con los charros del SNTE y los autodenominados Comité Nacional Democrático y, en una simulación democrática impulsa la implementación de un reglamento para dar continuidad al corporativismo, se niega a reconocer las estructuras de la CNTE electas democráticamente en las entidades federativas. Su propuesta para resolver la problemática de la Sección 7 de Chiapas, nunca se concretó, lo mismo ocurre con las demás secciones democráticas de la CNTE en el país”.
Los miembros de la CNTE señalaron que tras este congreso sus objetivos y su nuevo planteamiento estratégico es desarrollar procesos de articulación de instancias que permitan la resistencia, la organización, la participación y lucha de los trabajadores de la educación; así como reactivar una política de alianzas y educación alternativa.