El jueves la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas resolvió suspender la participación de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos(CDH). Washington esperaba que se repitiera el apoyo abrumador y mayoritario a sendas resoluciones votadas en marzo que condenaban la invasión de Rusia a Ucrania. Entonces 141 países votaron a favor en la primera de ellas y 140 lo hicieron días después, afirma el reconocido sociólogo argentino Atilio Boron en nota que resumo.
Ahora la propuesta de la Casa Blanca fue respaldada por 93 países, 24 votaron en contra y 58 se abstuvieron. Casi la mitad de los países representados en la Asamblea General no acompañaron la iniciativa estadunidense. Una posible razón es la extrema vaguedad de la resolución propuesta por Estados Unidos.
Ni la ONU ni el CDH examinaron ningún informe objetivo e imparcial sobre los sucesos presuntamente ocurridos. Se suspendió a Rusia a causa de “informes” que no fueron producidos por ningún organismo del sistema de la ONU y, casi seguramente por plataformas comunicacionales afines a –o dependientes de– los gobiernos de EU y Europa. En ausencia de informes previos, se suspendió a un estado-miembro y miembro permanente del Consejo de Seguridad. Una verdadera monstruosidad jurídica y un daño cada vez más grave a la legalidad internacional.
Desafortunadamente el gobierno argentino acompañó esta iniciativa de la Casa Blanca. Nuestro país ejerce la presidencia pro-tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, y el bloque se partió en la votación: 18 países votaron a favor (Antigua, Argentina, Bahamas, Colombia, Costa Rica, Chile, Dominica, Granada, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Santa Lucía y Uruguay); 11 se abstuvieron (Barbados, Belice, Brasil, El Salvador, Guyana, México, San Vicente, Granadinas, San Cristóbal, Surinam y Trinidad y Tobago) y tres votaron en contra: Bolivia, Cuba y Nicaragua. Venezuela no pudo votar, pero es obvio que los habría hecho en contra. Una victoria pírrica y de dudosa duración para la Casa Blanca y un yerro que podrá ser muy costoso para el gobierno argentino (https://bit.ly/3JvnE14).
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