Con el lema “Bolsonaro nunca más”, los brasileños acusan al mandatario de Brasil por el empeoramiento de las condiciones económicas y sociales del país, informó el canal Telesur. Desde la mañana de ayer, movimientos populares, sociales y sindicales participaron en una amplia manifestación que se repitió en 72 ciudades del país contra el gobierno del derechista Jair Bolsonaro.
Los manifestantes reprochan al gobierno una serie de catástrofes humanitarias, entre ellas, el descuido de la pandemia, la interrupción de importantes políticas públicas en el área de salud, educación y seguridad ciudadana. Están además la alta tasa de desempleo, al precio de las gasolinas y otros combustibles, así como el incremento del hambre y la pobreza extrema.
En cuanto a la gestión de la pandemia por coronavirus, Brasil es uno de los países con el mayor índice de contagios en América, junto con Estados Unidos. El mandatario minimizó los alcances de la enfermedad, la tachó de “gripecita”, al grado de que los gobiernos de los estados tuvieron que actuar de manera independiente del poder federal para organizar recursos en pro de atender a los enfermos y organizar campañas de vacunación.
También en este lapso presidencial han ocurrido los peores incendios de la historia en la Amazonia, recurso natural que el mandatario se empeña en explotar y en otorgar concesiones a privados.
Territorio desmantelado y un legado de desastre
Según Ricardo Moresi, coordinador general del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Federal de Alagoas (Sintufal), las entidades sindicales y el pueblo brasileño ya no aguantan todos los males que este gobierno ha traído al pueblo de Brasil.
Las protestas son el resultado de una iniciativa de la Campaña por Bolsonaro, entidad que agrupa a varios gremios activistas y frentes de lucha, como la Central de Movimientos Populares (CMP).
La manifestación nacional denuncia en las principales calles del país la gravedad de la crisis económica, social, ambiental y cultural que azota a Brasil.
Raimundo Bonfim, coordinador nacional de la CMP, señaló que la gente está desesperada por no poder afrontar los sucesivos aumentos en las facturas de luz, gas doméstico, combustible, medicinas y alimentos.
“Brasil ya no puede soportar la irresponsabilidad, los crímenes, los horrores y la inhumanidad practicados por el gobierno. Bolsonaro desmanteló el país y dejará un legado de destrucción para la población brasileña y los futuros gobernantes que lo sucederán a partir del próximo año”, puntualizó.
“No podemos aceptar que no existan alternativas para combatir el hambre, el desempleo, la pobreza y la inflación”, mientras países vecinos renuevas sus políticas sociales para beneficio de los sectores desfavorecidos.”