Bucha, Ucrania. Los civiles que permanecen en Bucha hacían fila este sábado para recibir alimentos obsequiados por la iglesia local en ese destruido suburbio de Kiev, donde las fuerzas ucranias y los periodistas denunciaron que hay pruebas de crímenes de guerra tras el retiro de las fuerzas rusas.
Debido a la huida de otros civiles por la invasión rusa, la mayoría de quienes se quedaron en Bucha eran ancianos, personas pobres o aquellos a quienes les fue imposible dejar a sus seres queridos. Las fuerzas de Moscú se retiraron hace más de una semana.
El voluntario Petro Denysyuk dijo que él y sus compañeros de iglesia y amigos comenzaron a distribuir alimentos, que consistieron en una amplia gama de comestibles y comidas calientes.
“Nos hemos reunido con los jóvenes de nuestra iglesia y preparamos alimentos para los necesitados”, dijo Denysyuk. “Preparamos pilaf, huevos cocidos, carne preparada, salchichas y fideos”.
Las fuerzas ucranias y periodistas que ingresaron en Bucha vieron cadáveres desperdigados en las calles, pruebas de ejecuciones arbitrarias y restos de personas que no podrían haber representado una amenaza para los soldados. Rusia ha rechazado las acusaciones de que cometió crímenes de guerra y asegura que Kiev realizó un montaje.