Washington. La comunidad internacional condenó y responsabilizó a Rusia del ataque lanzado contra una estación de trenes en Kramatorsk, que dejó al menos 52 muertos y 100 de heridos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acusó a Rusia de haber cometido “una nueva atrocidad horrible (…) contra civiles que trataban de ponerse a salvo”.
Biden afirmó que Washington continuará proporcionando a Ucrania asistencia en materia de seguridad y enviando armas al país europeo para “ayudar a defender” su país.
Más tarde la Casa Blanca comunicó que el mandatario firmó dos proyectos de ley que prohibirán las importaciones estadunidenses de petróleo ruso y suspenderán las relaciones comerciales normales con Rusia y Bielorrusia.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, calificó de “horrible” el ataque. “Esta mañana, en la estación de Kramatorsk, las familias que estaban a punto de salir experimentaron el horror. Decenas de muertos, cientos de heridos. Horrible”, tuiteó.
Al sumarse a las condenas, el primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson, anunció la entrega de material militar por un valor de 100 millones de libras (130 millones de dólares), incluidos misiles antiaéreos Starstreak y otros 800 misiles antitanques.
“Gran Bretaña y Alemania comparten exactamente el mismo sentimiento de horror y repulsión ante la brutalidad que se está desatando, incluido el inconcebible bombardeo de refugiados que huían de sus hogares esta mañana”, señaló Johnson en rueda de prensa conjunta con el canciller alemán, Olaf Scholz.
“Es un crimen de guerra atacar indiscriminadamente a los civiles, y los crímenes de Rusia en Ucrania no pasarán desapercibidos ni quedarán impunes”, agregó, mientras el canciller alemán denunciaba este “atroz” ataque.
Scholz afirmó que las sanciones son “muy eficaces” y vaticinó que la congelación de activos también afectará a la “camarilla de poder” de Moscú. Agregó que Alemania sigue pagando millones de euros a Rusia por el suministro de energía, pero el país hace todo lo que está a su alcance para liberarse de esa dependencia.
España, Austria y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) repudiaron por separado el ataque en la estación de trenes.
El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, en su visita a Kiev, condenó “con firmeza” el bombardeo a la estación y prometió que “rendirán cuentas” los responsables de los asesinatos de civiles en Bucha.
Borrel anunció un nuevo paquete de ayuda por 500 millones de euros más para suministrar armas a Ucrania, al tiempo que la Comisión Europea dijo que ya congeló al menos 29 mil 500 millones de euros de activos rusos.
Australia entregó 20 vehículos blindados de transporte de personal Bushmaster como ayuda militar a Ucrania por valor total de 38 millones de dólares estadunidenses.
Eslovaquia donó a Ucrania un sistema de defensa antiaéreo S-30 de fabricación rusa, que será sustituido en territorio eslovaco por un sistema antimisiles Patriot enviado por la OTAN, informó el secretario de Defensa estadunidense, Lloyd Austin.
El servicio estatal finlandés de correos Posti suspendió todos los intercambios postales con Rusia y Bielorrusia a partir del 11 de abril, infomó la propia empresa.
Gran Bretaña anunció sanciones a las hijas del presidente ruso, Vladimir Putin: Maria Vorontsova y Katerina Tikhanova, quienes no usan el apellido de su padre y se mantienen alejadas de la vida pública, y también contra su ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov.