Sao Paulo. El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva anunció ayer al centrista Geraldo Alckmin como candidato a la vicepresidencia en la fórmula que probablemente lidere para disputar las elecciones de octubre contra el actual presidente derechista, Jair Bolsonaro.
La designación de Alckmin, ex rival político de Lula, se dio en el marco de una alianza entre el Partido de los Trabajadores (PT) del líder izquierdista y el Partido Socialista Brasileño (PSB), al que se afilió recientemente el político centrista.
“Necesitamos la experiencia de Alckmin y la mía para arreglar Brasil”, señaló Lula ante la prensa en un evento en Sao Paulo.
“Tengo certeza de que el Partido de los Trabajadores aprobará su nombre como candidato a vice”, le dijo el ex líder metalúrgico a Alckmin.
La elección presidencial se anticipa polarizada entre Lula, que lidera las intenciones de voto, y el presidente ultraderechista Bolsonaro, sin una “tercera opción” fuerte.
El ex mandatario aún no ha confirmado su intención de competir por su tercer mandato, pero se ha mostrado cada vez más en ese rol en la precampaña. El plazo oficial para el registro comienza el 20 de julio.
Alckmin, cofundador del PSDB de Fernando Henrique Cardoso y figura del PSB desde marzo, enfrentó a Lula en los comicios de 2006 y perdió por un amplio margen en segunda vuelta. Hoy, quien fuera gobernador de Sao Paulo entre 2001-2006 y 2011-2018 es la apuesta de Lula para ampliar su base electoral. Alckmin, de 69 años, prometió “sumar esfuerzos” para “reconstruir” y “redemocratizar” el país, “ante un gobierno que atenta contra la democracia”.
El precandidato a la vicepresidencia podría ayudar a atraer votantes de centro y a muchos disgustados por los escándalos de corrupción que marcaron los últimos años del PT en el gobierno (2003-2016).
“Dos fuerzas que tienen proyectos diferentes, y que tienen iguales principios, pueden juntarse en un momento en que el pueblo lo necesita”, justificó Lula, quien destacó la rivalidad “civilizada” del pasado.
“Hoy tenemos una política de odio, en la que el adversario es enemigo, y no es para vencer, sino para abatir”, lamentó Lula en alusión al gobierno de Bolsonaro. “Esa fórmula” entre ambos políticos, “si es formalizada, no es sólo para disputar la contienda democrática. Tal vez ganar sea más fácil que la tarea que tenemos por delante para recuperar este país”, añadió el izquierdista.
Una encuesta de Datafolha publicada en marzo indica que el ex presidente lidera la carrera al Palacio de Planalto con 43 por ciento de la intención de voto en la primera vuelta del 2 de octubre, seguido por Bolsonaro, con 26 por ciento.