El Banco Mundial redujo la perspectiva de crecimiento en México para este y el siguiente año como parte de los efectos que tiene la invasión rusa a Ucrania. El organismo prevé que la economía del país avance 2.1 por ciento este y el siguiente año, por debajo de las tasas de 3 y 2.2 por ciento, respectivamente, que publicó a inicios de enero.
La previsión del organismo es menor a la divulgada el viernes pasado por la Secretaría de Hacienda, que ubicó el pronóstico de crecimiento este año en 3.4 por ciento.
México se encuentra entre las economías latinoamericanas que no se han repuesto de la pérdida de actividad económica que representó la pandemia, muestra el organismo. Desde el inicio de la crisis acumula un decrecimiento de 3.76 por ciento, mientras otros países de la región –Guyana, Nicaragua, Guatemala, Chile, República Dominicana, Paraguay, Costa Rica, Colombia, El Salvador, Honduras, Perú y Brasil– reportan un saldo positivo.
“Las economías de América Latina y el Caribe van camino a una recuperación tras la crisis de covid-19, aunque las secuelas de la pandemia persisten y la necesidad de un crecimiento dinámico, inclusivo y sostenible es cada vez más urgente”, consideró el Banco Mundial en el informe Consolidar la recuperación: aprovechando las oportunidades del crecimiento verde.
Luego de un rebote de 6.9 por ciento en el crecimiento de la región durante 2021, se espera que el producto interno bruto (PIB) de América Latina crezca 2.3 por ciento este año, una baja de 0.4 por ciento debido a la invasión rusa a Ucrania, y 2.2 por ciento adicional en 2023.
“Estas modestas proyecciones colocan al crecimiento regional entre los más bajos del mundo en un momento en que la zona enfrenta grandes incertidumbres, como la posible aparición de nuevas variantes del coronavirus, un aumento de la presión inflacionaria y la guerra en Europa, que amenaza la recuperación mundial”, explicó el Banco Mundial.
Si bien, “el proceso de vacunación se ha generalizado en la región, las empresas nuevamente están contratando y las escuelas reabren sus puertas, las secuelas a largo plazo de la crisis persisten y necesitan atención”, advirtió.
Por ejemplo, la tasa de pobreza en América Latina se elevó a 27.5 por ciento en 2021, por encima de su nivel prepandemia de 25.6 por ciento, mientras que las pérdidas de aprendizaje podrían resultar en una reducción del 10 por ciento en los ingresos futuros de millones de jóvenes en edad escolar.
“Nos encontramos en un entorno mundial de gran incertidumbre, que podría impactar en la recuperación pospandemia. No obstante, a largo plazo los desafíos del cambio climático serán aún más apremiantes, lo que nos obliga a avanzar de forma urgente hacia una agenda de crecimiento más verde, más inclusiva y que eleve la productividad”, comentó Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
El informe del organismo reporta que en los pasados 20 años, las economías latinoamericanas perdieron el equivalente a 1.7 por ciento de su PIB anual a causa de los desastres relacionados con el clima y 5.8 millones de personas podrían caer en la extrema pobreza en la región para el año 2030.