Ciudad de México. El presidente Andrés Manuel López Obrador subrayó hoy que no tiene “ninguna vinculación más que de respeto” con el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, por lo que llamó mentirosos y desinformados a los cuatro congresistas estadunidenses – del Partido Demócrata- que advirtieron sobre el uso de la fiscalía para hacer persecuciones políticas.
En la conferencia de prensa matutina se le preguntó al mandatario acerca de la carta de cuatro senadores demócratas enviada al secretario de Estado Anthony Blinken y al procurador general, Merrick B. Garland, en la cual afirman que el presidente de México y el fiscal general imprimen criterios políticos en la impartición de justicia. Aseguran además que en México hay persecuciones selectivas y desproporcionadas en contra de sus adversarios.
Entre los senadores firmantes se encuentra Robert Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
Al respecto, el Presidente López Obrador manifestó: “Son, con todo respeto, mentirosos, porque no es cierto, a lo mejor están mal informados. Es la campaña, es que en Estados Unidos hay elecciones, y qué bueno que nada más son cuatro, porque cuatro golondrinas no hacen verano ¿Pero, qué voy a contestarles? Nada”.
Anunció entonces que invitó a senadores de Estados Unidos, de los dos partidos (Republicano y Demócrata) para que vengan al sureste de México a finales de abril para tratar el desarrollo de esta región y de Centroamérica, para enfrentar por esa vía el fenómeno migratorio.
Pidió abundar en el tema porque “si no tienen fundamento y nada más es campaña en contra de nosotros, pues eso no le va a gustar a los mexicanos, y a los mexicanos estadounidenses. Y si ellos están buscando votos, no les va a ayudar. Yo ni debería de estarles dando consejos, pero hay 40 millones de mexicanos en Estados Unidos”.
Luego solicitó le dieran los nombres de los senadores firmantes y preguntó si todos eran demócratas.
Hizo una pausa y señaló: “no, nada más decir que están equivocados, desinformados”.
Instruyó a su equipo para que pusieran en el salón una imagen del siglo 19, cuando los conservadores van a Europa a buscar a Maximiliano de Habsburgo y le ofrecen el imperio de México. “Pero ya no es ese tiempo – atajó-. A los mexicanos ya no les gusta eso, no aceptamos el injerencismo”.