La subsecretaria de Trabajo de Estados Unidos, Julie Su, elogió a México por el progreso en la implementación de una reforma laboral que es clave para un nuevo acuerdo comercial regional, pero señaló una "tremenda" cantidad de trabajo por delante y la necesidad de financiamiento y personal para implementar la ley.
La reforma, promulgada en 2019, es la base del tratado comercial entre Canadá, Estados Unidos y México, T-MEC, que entró en vigor hace dos años, y busca resolver más rápidamente los conflictos laborales y ayudar a los trabajadores mexicanos a conseguir mejores salarios tras años de estancamiento.
"La cantidad de trabajo que hay que hacer es tremenda", dijo Su a Reuters el miércoles, en una entrevista en la ciudad San Luis Potosí, uno de los principales enclaves automotrices de México en el centro-norte del país.
En su primer viaje internacional en el cargo, la funcionaria se reunió con trabajadores, líderes empresariales y funcionarios del gobierno local. "Hay un amplio reconocimiento de que esto va a requerir recursos para hacerlo bien", agregó.
Está programado que los 31 estados del país y Ciudad de México implementen cambios en sus sistemas de justicia laboral para mayo de 2022, aunque la Secretaría del Trabajo nacional pidió una prórroga de cinco meses para una docena de esas entidades por limitaciones presupuestarias y de calendario.
Aun así, Su explicó que las autoridades mexicanas habían hecho "buenos progresos", citando la creación de una agencia federal destinada a procesar rápidamente los conflictos de los trabajadores y a supervisar las votaciones para ratificar los contratos sindicales.
También señaló que los funcionarios locales y federales habían incrementado la contratación y la formación, y planeaban hacer más. "Estamos… pendientes de que el resto de los compromisos también se cumplan", indicó, y pidió a las empresas estadounidenses dar ejemplo de buen comportamiento en México.
General Motors se enfrentó al escrutinio de los mecanismos del T-MEC el año pasado por violaciones de los derechos laborales, al igual que Cardone, en su caso por acusaciones de abusos en su planta de autopartes Tridonex. Ambas empresas prometieron respetar los derechos de los trabajadores.
"Esperamos que haya liderazgo también por parte de las empresas estadounidenses para apoyar los compromisos del T-MEC y para ayudar a crear una cultura en la que haya un reconocimiento más amplio de que lo que es bueno para los trabajadores es bueno para los negocios", manifestó la subsecretaria.
Varios empleados de una planta en San Luis Potosí del gigante industrial 3M Co, en una reunión con Su, pidieron a su equipo que siga monitoreando a las firmas estadounidenses en México, especialmente ahora que un grupo de trabajadores de esa compañía comienza la tarea de formar un sindicato independiente.
"Reconocemos la importancia de mantener un ojo en asegurarse de que las promesas en las leyes, las promesas en el T-MEC (…) se realizan realmente", respondió la funcionaria.
3M dijo que se compromete a proporcionar un entorno de trabajo seguro con salarios competitivos y respeta el derecho de los trabajadores a organizarse.