Los estímulos fiscales en las zonas fronterizas del país han costado 244 mil 481 millones de pesos desde que fueron puestos en marcha –más del presupuesto que tiene este año la pensión de adultos mayores–, pero no se han traducido en un repunte general de la inversión extranjera directa (IED) hacia los estados que son parte del programa. Incluso se tuvo que pedir a algunos beneficiarios que aclararan operaciones con factureras, exhibe información oficial.
Datos del Servicio de Administración Tributaria (SAT) muestran que el año pasado la base de contribuyentes se redujo 1.09 por ciento a nivel nacional, 666 mil 267 millones menos que en 2020, pero el número de beneficiarios de estímulos en la frontera norte aumentó 14.83 por ciento. En los estados del sur es el primer ejercicio fiscal en que se aplica el programa, así que aún no hay comparativos.
En su primer mes como presidente, Andrés Manuel López Obrador firmó un decreto que creaba la zona franca más grande del mundo en la frontera norte. La medida implica una tasa de impuesto al valor agregado (IVA) a la mitad de lo que se paga en el resto del país; una cuota de impuesto sobre la renta (ISR) de 20 por ciento, en lugar del 30 que rige en el resto del territorio; un salario mínimo más alto y precios de gasolina homologados con los de las comunidades colindantes en Estados Unidos.
Raquel Buenrostro, jefa del SAT, reconoció que algunas empresas comenzaron a abusar del estímulo al mover su domicilio fiscal, mas no sus operaciones, para reducir sus pagos al fisco. En el informe tributario del cierre de 2020, el organismo precisó que debido a indicios de simulación se realizaron verificaciones para acreditar que los entonces beneficiarios podían recibir los subsidios de la frontera norte.
Además de detectar empresas que no operan en la región, y sólo simulan para fines fiscales, se observó que otras realizaban operaciones con factureras y se les pidió regularizarse. Por una y otra razón, en 2020 se dio de baja a 27 grandes contribuyentes del padrón de beneficiarios de estímulos de la frontera norte. Para 2021, el SAT no consignó información con ese detalle.
No obstante, se observa que entre 2018 y 2021, un año antes de que empezaran los estímulos en la frontera norte (Sonora, Tamaulipas, Nuevo León, Chihuahua, Baja California, Coahuila) y uno después del freno económico por la pandemia –con un costo para el fisco de 95 mil 675 millones de pesos–, la IED a los estados que colindan con Estados Unidos creció 2.6 por ciento.
Los informes de la Secretaría de Economía ponen en evidencia que el alza no es generalizada. En Sonora los flujos de IED aumentaron mil 41.3 por ciento en esos tres años, en Chihuahua 62 y en Baja California 47.7 por ciento, mientras se redujeron 2.6 por ciento hacia Tamaulipas, 5.5 en Nuevo León y 61.9 por ciento en Coahuila.
A su vez, el costo del estímulo en la frontera norte ha ido en aumento año con año y se ha ubicado por encima de lo previsto por el gobierno federal en los Presupuestos de Gastos Fiscales y Renuncias Recaudatorias. En 2019 se estimó que sería de 34 mil 105 millones de pesos y terminó costando el doble: 68 mil 535 millones de pesos.
Para 2020, se estimó en 74 mil 973 millones de pesos y se quedó apenas por encima, en 75 mil 974 millones, y el año pasado se proyectó en 82 mil 668 millones de pesos y ya una vez cerrado el ejercicio fiscal, el SAT calculó su pérdida en 99 mil 972 millones de pesos, 20.9 por ciento por encima. En suma, 98.2 por ciento de los estímulos fronterizos se han quedado en el norte del país.
En una situación opuesta se encontró durante su primer año el estímulo desplegado en la zona de la frontera sur, que comprende a Chiapas, Campeche, Quintana Roo y Tabasco. Se tenía previsto que en 2021 la pérdida recaudatoria para impulsar las inversiones a la región alcanzara 4 mil 345 millones de pesos y terminó en 4 mil 297 millones y la de Chetumal sumó 200 millones de pesos.
Prácticamente una de cada 10 empresas que tributa como gran contribuyente es beneficiaria de los subsidios fronterizos; el año pasado mil 76 se encontraban en el padrón de la frontera norte y 150 más en la del sur.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público considera que las franjas fronterizas han servido para impulsar la actividad y el empleo. “Entre 2018 y 2019, el crecimiento de la actividad industrial manufacturera de la Zona Libre de la Frontera Norte fue cinco veces mayor que la media nacional y, en 2019, el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal presentó una variación anual de 1.1 por ciento, es decir, 10 veces mayor que lo observado a nivel nacional”, consignó en los precriterios del próximo año.
“Entre enero de 2019 y enero de 2022, el número de puestos de trabajo registrados en el IMSS creció 5.4 por ciento en los estados de la región fronteriza norte”, frente a 2 por ciento del resto del país, mientras en enero de 2021 y el mismo mes de 2022, el empleo formal en los estados del sur en los que aplica el estímulo aumentó 15.4, frente al 4.2 por ciento promedio, explicó.