Al cierre de enero, la inversión en instalaciones, maquinaria y equipo total en México, de origen nacional e importado, aceleró su crecimiento; mientras la compra de bienes y servicios por parte de las familias, con excepción de vivienda y bienes de lujo, moderó su avance, revelaron cifras que dio a conocer ayer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Los gastos realizados en construcción, maquinaria y equipo, los cuales son destinados para producir bienes y servicios que crean empleos e ingresos, mejor conocida como inversión fija bruta, registraron un crecimiento mensual de 2.2 por ciento en enero pasado en términos reales, su cuarto avance consecutivo, luego de que en diciembre mostraron un incremento de 1.1 por ciento, apoyado por la construcción no residencial, con una ganancia mensual de 14 por ciento.
El indicador mensual de la inversión en instalaciones, maquinaria y equipo se ubicó en 97.2 puntos en enero, su mejor nivel desde el mismo mes de 2020; no obstante, todavía se encuentra 13.1 por ciento debajo de su máximo reciente en julio 2018, fecha en la cual inició su descenso.
Por componentes, en enero de 2022, los gastos efectuados en maquinaria y equipo disminuyeron 1.1 por ciento mensual y en construcción aumentaron 4.8 por ciento en el primer mes del año con respecto a diciembre, en un contexto de programas de infraestructura del gobierno federal, detallaron analistas.
En cuanto a los gastos en maquinaria y equipo, la importación de equipo de transporte se desplomó 11.7 por ciento en enero con respecto a diciembre, mientras la inversión nacional en estos bienes aumentó 11.2 por ciento. Por su parte, la construcción no residencial creció 14 por ciento en el periodo de referencia y el residencial cayó 2.7 por ciento.
Al cierre de enero del presente año, la inversión, la que determina el crecimiento económico a largo plazo, presentó un avance de 8.4 por ciento respecto del primer mes de 2021. Los gastos en construcción se elevaron 9.6 por ciento y en maquinaria y equipo total ascendieron 5.9 por ciento.
El consumo privado registró un aumento en términos reales de 0.3 por ciento durante el primer mes del año frente al mes anterior, cuando avanzó 1.5 por ciento, con cifras desestacionalizadas para hacer comparables los periodos.
El consumo se desaceleró aunque sumó siete lecturas consecutivas en expansión. El gasto en servicios logró crecer, pese a que este rubro es altamente sensible al incremento en contagios de covid. Por su parte, los rubros de bienes se debilitaron, especialmente aquellos de origen importado en uno por ciento, lo que pudo haber reflejado obstrucciones en la proveeduría mundial de mercancías, y, además, venían de un fuerte incremento el mes pasado de 2.2 por ciento.
En enero, la tasa de desempleo bajó a 3.6 por ciento; la captación de remesas creció 19.6 por ciento anual y, aunque se mantuvo elevada, la inflación al consumidor se desaceleró a 7.07 por ciento.
“La variable podría exhibir cierta mejora a medida que se diluyan los estragos que la variante ómicron causó en el empleo y la movilidad, aunque su recuperación se reflejará en la inflación, que se mantendrá elevada durante el resto del año, deteriorando la capacidad de compra de los hogares”, describió Ve por Más.