Suiza. Concebidas en plena crisis del covid-19 y destinadas a evitar que se vayan por las nubes los costos salariales, las nuevas reglas del fairplay financiero de la UEFA serán confirmadas este jueves con la intención de frenar el endeudamiento de los clubes europeos, eternamente tentados por la superioridad financiera para saciar su sed de trofeos.
En 12 años, esta limitación del déficit de los clubes contribuyó a sanear las cuentas, pero también reveló sus límites: su rigor agrava la suerte de los equipos en apuros, cuando la pandemia costó unos 7 mil 365 millones de dólares al futbol europeo en dos temporadas, pero sin incidir en los planteles de países con fondos casi ilimitados, con PSG y Manchester City en cabeza.
Para no precipitar una ola de quiebras, la UEFA, por tanto, relajó la evaluación de los déficits en 2020, para luego anunciar una revisión importante de las reglas financieras impuestas a los clubes.
El principal cambio es filosófico: ya no se trata más de exigir el equilibrio de las cuentas, sino de limitar los gastos dedicados a los salarios, traspasos y comisiones de agentes, identificados desde hace tiempo como el principal problema económico del futbol.
“Es una señal a los inversores: ‘Pueden inyectar dinero fresco, pero no se deberá quemar todo en fichajes y salarios’”, dijo Raffaele Poli, responsable del Observatorio del Futbol CIES.
Concretamente, el organismo del futbol europeo doblará el déficit autorizado sobre tres años (65.5 millones de dólares), pero obligará a los clubes a limitar su masa salarial a 90 por ciento de sus ingresos en 2023-2024, después a 80 y al final a 70 a partir de la temporada 2025-2026.
Este mecanismo es una forma atenuada de “límite salarial”, regla clave del deporte estadunidense, la cual es difícil de importar por la UEFA, donde no existe una negociación centralizada. Si no lo logran, los incumplidores deberán pagar multas preestablecidas, según la amplitud de lo que se hayan pasado.
Esta “tasa de lujo”, alabada desde el año pasado por el presiden-te del ente rector europeo, Aleksander Ceferin, será después redistribuida entre los clubes más virtuosos, aunque las ganancias se anuncian modestas para cada uno de los beneficiarios.
Por otra parte, el proyecto prevé prohibiciones de fichajes, limitaciones de préstamos, descensos de una competición europea a otra y puntos de penalización de “mini-campeonatos” que sustituirán a las fases de grupos a partir de 2024.
La UEFA, como la ECA (Asociación de Clubes Europeos), lo ha repetido: el fairplay financiero no debería influir en la pelea por los trofeos.
Por su parte, la FIFA desmintió las versiones sobre una presunta intención de alargar, más allá de 90 minutos, la duración de los partidos del Mundial. “No habrá cambios en las reglas”, aseguró.