El director general del Instituto Nacional de Antropología (INAH), Diego Prieto, rechazó ayer que existan deficiencias en la seguridad del Museo Nacional de Antropología (MNA).
“No hubo fallas en el sistema de seguridad porque no estuvimos frente a un comportamiento de daño”, afirmó el antropólogo en conferencia de prensa virtual convocada luego de que el martes circuló un video en el que un individuo besa y lame algunas piezas del recinto.
Tras calificar dicha acción de “acto exhibicionista y autocomplaciente” y asegurar que “ese personaje fa-lló brutalmente a su propósito”, el funcionario aseguró que el MNA es “el museo más seguro del país”, al contar “con sistemas que obedecen a las normas máximas de seguridad mundial, las cuales se reforzaron consistentemente tras el terrible incidente de 1985 (cuando fue robado la noche del 25 de diciembre)”.
Prieto fue insistente en que no hay delito o falta que amerite una acción penal, debido a que, tras realizar un dictamen a las piezas con las que el sujeto interactuó, no se encontró daño en ninguna.
Asumió que a raíz del citado incidente deben revisarse los esquemas de vigilancia y coincidió con el director del museo, Antonio Saborit, quien también participó en la conferencia, en que la mayoría de los visitantes del recinto “se comporta bien”. Afirmó que tocar las piezas arqueológicas opera como un daño a partir de la reiteración de miles de eventos, lo cual, sostuvo, no pasa.
Por su parte, Antonio Saborit aclaró que fue la tarde del 2 de abril, cuando se tuvo conocimiento de aquel incidente a través de las redes sociales y que desde ese momento turnaron el asunto al área jurídica del INAH, que se encargará de las acciones jurídicas a seguir.
Detalló que a partir de las evidencias obtenidas por las cámaras del museo, se sabe que la incursión fue de un grupo de cuatro personas, el pasado 31 de marzo, de las 12:28 a las 13:37 horas, y que la persona que aparece en el video posó sus labios en 30 piezas distribuidas en cinco de las salas del museo.
Ambos funcionarios afirmaron que no ha existido una reducción del personal de seguridad del museo y que es el mismo desde hace al menos dos años: 111 elementos de vigilancia, provenientes de la Policía Auxiliar, y cuatro custodios.