Moscú. El presidente Vladimir Putin afirmó ayer que Rusia debe vigilar de cerca sus exportaciones de alimentos a los países hostiles, porque las sanciones de Occidente han fomentado una crisis alimentaria mundial y una espiral de precios de la energía. Advirtió a los demás países que nacionalizar los activos rusos en compañías extranjeras resultará en un arma de doble filo.
“En un contexto de escasez mundial de alimentos, este año deberemos ser prudentes con las entregas al extranjero y vigilar con cuidado esas exportaciones a países que son claramente hostiles con nosotros”, señaló Putin en una reunión transmitida por televisión.
El mandatario aseguró que la producción alimentaria cubre “plenamente” las necesidades del país, y subrayó el “potencial” agrícola ruso.
También pidió fijar “objetivos claros” para encontrar productos de remplazo tras la suspensión en Rusia de muchas importaciones, a causa de las sanciones.
En el plano agrícola y alimentario, muchas naciones sufren las consecuencias del conflicto entre Rusia y Ucrania, países claves en el suministro de alimentos básicos en el mundo, en especial cereales y aceite de girasol.
“La situación en el ámbito de la energía se agrava debido a las medidas brutales y no vinculadas al mercado, sobre todo la presión administrativa contra nuestra sociedad Gazprom en varios países europeos”, apuntó.
Estas declaraciones se producen tras el anuncio de Alemania de tomar el control temporal de una filial de Gazprom, con el fin de garantizar la continuidad de los suministros de gas.
Esta decisión se tomó después de que el grupo ruso anunció el viernes su “retirada” de esta filial, sin identificar a ningún comprador, lo que generó incertidumbre sobre el futuro de la empresa.
El Kremlin denunció “la falta de visión” de Europa tras la expulsión de unos 150 diplomáticos rusos en dos días por Italia, Dinamarca, España, Estonia, Eslovenia y la Unión Europea.
Reiteró que las acusaciones occidentales de que las fuerzas rusas cometieron crímenes de guerra al ejecutar a civiles en la ciudad ucrania de Bucha son una “monstruosa falsificación” destinada a denigrar a su ejército
El ministerio ruso de Defensa acusó a las autoridades ucranias de preparar “montajes” de civiles asesinados por las fuerzas de Moscú en varias ciudades. “Miembros del 72 centro ucranio de operaciones sicológicas filmaron la tarde del 4 de abril un nuevo montaje que muestra a civiles presuntamente asesinados por el ejército ruso en el pueblo de Moshchun, 23 kilómetros al noroeste de Kiev”, acusó.
El alcalde de Bucha, Anatoli Fedoruk, quien la semana pasada celebró la salida de las tropas rusas y no denunció matanza alguna, aseveró que el asesinato de civiles fue “la venganza de los rusos por la resistencia ucrania”.
El jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, afirmó que las acusaciones de supuestas atrocidades cometidas por tropas rusas tras el hallazgo de cadáveres en Bucha son una “provocación” para hacer fracasar las negociaciones de paz entre Kiev y Moscú.
En el plano militar, el Ministerio de Defensa reportó la destrucción de 134 instalaciones militares ucranias.
La voladura de una cisterna con ácido, cometida por tropas ucranias en la ciudad de Rubézhnoe, puede provocar numerosas víctimas entre la población civil, denunció la policía de Lugansk.
Las fuerzas ucranias recuperan más territorios mientras las tropas rusas continúan su retirada hacia el norte del país eslavo, reportaron funcionarios de defensa de Gran Bretaña.
Varias explosiones se escucharon anoche en la localidad de Radekhiv, a 70 kilómetros de Leópolis, la principal ciudad del oeste de Ucrania, informó un funcionario local.