El primer contrato que le ofrecieron a Adán Jodorowsky fue firmado casi a ciegas. Frente a él se encontraban dos importantes figuras de la música francesa: Christophe, intérprete de Aline, una de las canciones francófonas más conocidas en el mundo, y Francis Dreyfus, influyente productor musical al que acababa de conocer. De modo que cuando le ofrecieron el documento, el cantante ni siquiera titubeó. “Ese acto surrealista les encantó”, recuerda.
Por entonces el músico tenía poco más de 20 años y era un desconocido que intentaba impulsar su novel carrera, mientras Christophe ya era ubicado por varias generaciones dentro y fuera de Francia. “Lo conocí cuando yo tenía 23 años, apareció en un show mío cuando recién estaba empezando”, contó Adán en entrevista. “Me llamó después por teléfono felicitándome y preguntándome si yo tenía una discográfica. Le contesté que no, no me habían firmado nada, y que estaba en busca de una. Me dijo que me iba a presentar a su productor de toda la vida: Francis Dreyfus”.
Además de comenzar a trabajar con Dreyfus en su primer álbum, Étoille éternelle, también se estableció una amistad entre los músicos. “Pasábamos muchas noches juntos, haciendo cocteles, hablando de la vida, del rocanrol, escuchando acetatos en su rocola”, afirmó Jodorowsky. Así, el productor que había trabajado con músicos como David Bowie, Cat Stevens y Pink Floyd, también se volvió una suerte de mentor para Adán, quien ahora suele producir a alrededor de 10 músicos o bandas al año.
Apego a la música francesa
Con el tiempo el apego que desarrolló Jodorowsky por la música francesa se convirtió en el proyecto de un disco con el irónico nombre de Mis grandes éxitos. Hecho con la idea de trasladar temas franceses al español, “y hacer un lazo entre Francia y Latinoamérica, para que descubrieran las canciones que me acompañaron toda mi vida”, explicó el cantante.
Él tenía la intención de que Aline, el tema de Christophe, formara parte de Mis grandes éxitos; sin embargo, por una cuestión de derechos y el fallecimiento del cantante francés en 2020, quedó fuera del álbum, pero no así las intenciones del intérprete. Despúes, gracias a ese mismo tema Jodorowsky pudo colaborar con la chilena Mon Laferte, a quien conoció a través de su faceta como productor. “Siento que también, tanto como yo, está orgullosa de haber hecho la canción”, precisó.
“Canción que traspasa el tiempo, no tiene límites”
Tras varios años de producir a otros músicos y componer sus propios temas, Adán acepta: “Llegué a hacer discos que nadie escuchaba”. Pero con el tiempo, el músico ha concluido que la buena aceptación de un tema, o disco, tiene que ver con diversos factores, como el momento en que se lanza, el género, los arreglos o quien interpreta. “Yo hice muchos covers de canciones en mi vida, y no todas pegan, pero lo increíble de Aline es que quien la interprete es un éxito. Es una canción que traspasa el tiempo y no tiene límites”, señaló.
La versión en español de Aline realizada por Jodorowsky se convirtió en una suerte de homenaje a Christophe, pero también es la extensión del álbum que le valió su primera postulación a un premio Grammy. “Este disco fue muy simbólico para mí, porque me hizo entrar en la industria, en el reconocimiento, y se llama Mis grandes éxitos”, indicó.
Sin embargo, lo que más celebra del álbum es la posibilidad que le dio para respirar. “Estaba cansado, porque había hecho muchos discos, y quería descansar. Entonces éste vino perfecto, porque gracias a él compuse el que acabo de grabar ahora, el nuevo. Pude tomarme mi tiempo, porque cuando haces un primer disco tienes toda la vida, tu infancia, tu adolescencia para hacerlo. Cuentas con todo el tiempo del mundo, después ya no, debes sacar uno cada año, cada dos años, y te apuras”.
La pandemia también ayudó a prolongar ese plazo, que ha utilizado para componer música como solía hacer antes. “Entonces tuve cuatro años, como en los viejos tiempos. Pude tomar el tiempo para hacer un disco, crearlo y respirar; por eso es que el próximo me gusta más que los otros”, adelantó.
El próximo material, todavía sin fecha de salida ni nombre oficial, “lo hice con esta filosofía, pensando: ‘tiene que gustarme a mí’. Cuando lo escucho tendría que ser música que yo escucharía, y lo hice así. El último disco que hice así fue Amador, y desde entonces no había hecho un disco así, “y ahora vivo un momento donde estoy regresando, floreciendo de nuevo, ya me están haciendo caso otra vez. Es muy bonito”.
Adán también disfruta de involucrarse en todas las partes de su música, “me gusta tomar las cosas en mano, porque tienen que ver con tu imagen, con tu futuro, lo que va a quedar toda la vida”, sostuvo. Para el cantante, su versión de Aline también llega en un momento oportuno, “representa muy bien lo que la gente quiere decir ahora: llorar y gritar. Entonces es perfecto para ahora, ya no damos más de todo lo que está pasando”.
Hace más de tres años que Adán Jodorowsky no se presenta frente a un público, pero también el tiempo le ha devuelto las ganas de hacerlo. En mayo, realizará una gira en México por Pachuca, San Luis Potosí y Teotihuacan, entre otros sitios, y a finales de año planea continuar con los conciertos por el país, además de presentarse en Estados Unidos. Mientras tanto se prepara físicamente para volver a los escenarios, “quiero que sea un espectáculo; entonces, me estoy preparando como guerrero para regresar a la aventura”.