En medio de las críticas presidenciales y de Morena por su pasividad en torno a la promoción del ejercicio de revocación de mandato que se efectuará el próximo domingo y el anuncio oficial de que se prepara una reforma que involucraría nuevos cambios a su funcionamiento, ayer el Instituto Nacional Electoral (INE) cumplió ocho años de existencia. Surgido de una reforma electoral y cambios constitucionales y legales, en 2014 el organismo absorbió algunas tareas sustanciales de las autoridades electorales locales.
En este periodo, el INE ha organizado tres comicios federales: el presidencial de 2018 con una histórica participación y una nueva alternancia en el gobierno con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia, y dos para renovar la Cámara de Diputados. Asimismo, ha participado en 306 elecciones estatales dentro de las atribuciones que la reforma de 2014 le confirió al nuevo organismo en los comicios locales.
A lo largo de este periodo, en 70 por ciento de las 50 votaciones para gobernador efectuadas (es decir, 35) los resultados arrojaron una alternancia en el gobierno, destacó el consejero electoral José Roberto Ruiz Saldaña.
Asimismo, 60 por ciento de los resultados a escala municipal derivaron en cambio de partido en el gobierno, es decir, según ha reivindicado el propio INE, su participación en aspectos medulares de la organización, fiscalización, quejas relacionadas con las campañas, entre otros aspectos, ha favorecido la alternancia en los gobiernos estatales, municipales, así como en la integración de los congresos locales.
En la actualidad, sólo hay cuatro entidades donde aún no se ha concretado una alternancia en el poder y el PRI ha mantenido la hegemonía: Oaxaca e Hidalgo, que renovarán la gubernatura en junio próximo, así como Coahuila y el estado de México, cuyas elecciones para gobernador se efectuarán en 2023.