Aun cuando la situación se ha normalizado en esta administración, que busca ser diferente a las de los tapados y los dedazos del priísmo, no deja de ser anómalo que el Presidente de la República se otorgue la facultad de decidir quién es o puede ser precandidato a sucederlo, cual si esa determinación le correspondiera personalmente a él.

Así ha sucedido en el caso de Adán Augusto López Hernández, a quien se le han juntado las venturas y las desventuras, éstas sobre todo a causa del presunto uso de un avión de la Guardia Nacional para ir a actos partidistas bajo el tenue disfraz de “viaje de trabajo” y las primeras a partir de su rápida visualización explícita como precandidato a relevar a su paisano, amigo y virtual hermano, quien ayer eludió en su mañanera ir a fondo en el tema del viaje y la nave, aunque la defensa de su secretario de Gobernación no fue tajante, dejándose un razonable margen de maniobra por si algo se llegara a complicar.

Además, López Obrador pretendió quitarle a López Hernández el barniz de precandidato “tapado”. Señaló que no hay tal y explicó que el secretario de Gobernación no podría tener esas aspiraciones porque le está “ayudando” en la transformación nacional (Ebrard, por ejemplo, ¿sí puede ser corcholata porque no le “ayuda”?). En lo inmediato, es de recordarse que el propio Andrés Manuel llegó a decir que lo dieran “por muerto” como aspirante presidencial que luego sería.

Lo más importante, sin embargo, reside en el esclarecimiento de su presencia junto a un avión de la Guardia Nacional y si lo usó para viajar a Hermosillo y a Torreón en actos de apoyo a la reforma eléctrica pero, sobre todo y de manera confesa en la capital coahuilense, para promover la participación en el ejercicio revocatorio del próximo 10.

Estos puntos, así como la participación, con uniforme militar, del general Rodríguez Bucio, comandante de la Guardia Nacional, en esos actos, son de la máxima trascendencia, incluso en términos de permanencia o no en los cargos y de eficacia republicana en el cumplimiento de sus funciones.

A unos diez días de que se vote la iniciativa presidencial de reforma eléctrica (conforme a las estimaciones morenistas, que se proyectan hacia el Jueves Santo), la directiva del Partido Revolucionario Institucional (PRI), con Alejandro Moreno al micrófono y las bancadas legislativas como microescenografía, anunció que se sufragará en contra de la propuesta de Palacio Nacional.

La postura de los tricolores tiene importancia porque el oficialismo necesita varias decenas de votos opositores para aprobar la citada reforma. El Presidente de la República ha tratado de tender puentes con ese priísmo tan escuálido en representación legislativa como necesario para la aritmética. Pero, luego de una aparente cercanía, el PRI ha dicho que no, aunque ha de dejarse constancia de que la firmeza de posiciones no es una constante en ese menguado PRI y sí los arreglos de última hora.

Horas después del anuncio de Moreno con sus correligionarios, el PRI, Acción Nacional y Lo Que Queda del PRD (PRD-LQQ) informaron su compromiso de votar en contra de la propuesta presidencial y, en cuanto ésta sea derrotada, aseguran, presentarán su contrapropuesta. Habrá de verse si algún segmento de priístas decide “votar en conciencia”, como les ha sugerido el presidente López Obrador o, incluso, si la gubernatura de Hidalgo es suficiente moneda de cambio rumbo a los comicios de junio.

Astillas

Este domingo empezaron las campañas electorales en seis estados en donde, entre otros cargos, se designarán gubernaturas. Morena parece llevar delantera en cuatro, clara desventaja en Aguascalientes y complicaciones en Durango… Por cierto, la jefa del Gobierno capitalino y precandidata presidencial, Claudia Sheinbaum, irá a las seis entidades y en un primer viaje estuvo en las dos plazas complicadas, donde las candidaturas son de mujeres… ¡Hasta mañana!

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