Buenos Aires., El presidente argentino, Alberto Fernández, recibió ayer a su par de Chile, Gabriel Boric, quien llegó el domingo en su primera visita oficial tras asumir el gobierno el 11 de marzo pasado, en un encuentro distendido, poco común en estas circunstancias, por la sencillez del nuevo mandatario chileno, el más joven en la historia de ese país y de la región.
Su llegada creó diversas expectativas, y lo más destacado fueron los acuerdos para “fortalecer la unidad” de ambas naciones, que en algún momento llegaron a plantear la posibilidad de enfrentamiento por límites territoriales en el extremo sur por el canal de Beagle, en los años 80.
Los acuerdos firmados ratificaron las anteriores políticas de conjunto y descartaron los conflictos, generalmente fomentados por las derechas de ambos países sobre la soberanía en la región patagónica y en crear en forma permanente políticas coincidentes en el tema de derechos humanos.
En una conferencia junto a su anfitrión en el Museo del Bicentenario, Boric recordó que es tradición especialmente después del retorno democrático que la primera visita que hace un mandatario de Chile al asumir el gobierno sea viajar a Argentina. Destacó que cuando se encuentran temas en común hay que centrarse en esto y no en las diferencias.
El mandatario chileno se ofreció como “aliado y cómplice” del gobierno argentino en su “batalla contra la desigualdad”, y ratificó que “Chile mira hacia América Latina. Y si bien durante mucho tiempo estuvimos viendo a muchas direcciones, hacia el norte o Pacífico, desde América Latina vamos a construir cooperación e internacionalismo”.
“La región debe encontrar una voz unida, compartida; por separado nos hundimos, juntos nos podemos salvar”, advirtió, y se hizo solidario del “reclamo justo, legítimo y digno de Buenos Aires sobre las islas Malvinas”, al resaltar que estos conflictos “se tienen que resolver de manera pacífica”.
Aseguró que “Chile se beneficiaría de nuestras buenas relaciones con Argentina. Alberto, conmigo tiene un aliado contra la desigualdad social”.
Fernández sostuvo que “ambas naciones tienen indisolublemente un destino común que debemos cuidar, como tenemos también un objetivo afín como países latinoamericanos” y reiteró la necesidad de unir a la región que tanto se ha dividido en los años recientes.
Dijo a Boric que encontrará en él “un amigo, un socio y un cómplice" en la decisión de construir un mundo más igualitario.
Después de sus declaraciones, en el Museo del Bicentenario hubo una breve conferencia de prensa.
Boric fue consultado por un periodista del opositor diario La Nación sobre su opinión al respecto de la situación en materia de derechos humanos en Venezuela, Cuba y Nicaragua, a lo que respondió: “algunos sectores de derecha me preguntan por esos tres países pero no sobre las violaciones que hubo en mi país y en Colombia”, y añadió que “los derechos humanos tienen que protegerse, independientemente del color político del Estado que los vulnera”.
Sobre los países en guerra o con las intervenciones militares, como en Ucrania, Yemen o Afganistán manifestó: “No usemos el sufrimiento de esos pueblos para buscar sacar beneficios de política interna”.