París. El mundo tiene tres años para frenar de manera radical sus emisiones de gases de efecto invernadero y debe prepararse para abandonar los combustibles fósiles, alertaron ayer los expertos Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), que proponen giros extremos en nuestra manera de vivir.
Tras una larga negociación, los especialistas en clima de la Organización de Naciones Unidas (ONU) publicaron una guía con propuestas firmes para frenar el calentamiento del planeta, un desafío que a su juicio es decisivo para el futuro de la humanidad, documento que puede consultarse en https://www.ipcc.ch/languages-2/spanish/
Destacaron que los hogares que representan el 10 por ciento con más ingresos en el mundo acumulan 45 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Y precisaron que dos tercios de ese 10 por ciento están en países desarrollados.
Las producción tóxica de las clases medias y desfavorecidas de los territorios ricos representan entre 5 y 50 veces más que sus similares en naciones en desarrollo, añade el IPCC.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, declaró que el reporte reveló una “letanía de promesas climáticas rotas”. A menos que todos los gobiernos cambien sus políticas energéticas, el planeta será inhabitable, advirtió, al acusar a algunos líderes gubernamentales y empresariales de “mentir” en cuanto a sus compromisos de reducir su uso de combustibles fósiles y optar por energías limpias.
El reporte refiere que entre 2010 y 2019 se produjeron más emisiones de dióxido de carbono que nunca, pero en sus perspectivas insiste en que aún se pueden reducir a la mitad para 2030.
Guterres instó a los líderes a tomar medidas urgentes con el objetivo de limitar el calentamiento de la Tierra a 1.5° centígrados para fin de siglo con respecto a los niveles preindustriales y alertó de la desgracia que el fenómeno acarreará si no se actúa con celeridad, informó la ONU en su página web.
“Los científicos del clima advierten que ya estamos peligrosamente cerca de puntos de inflexión que podrían conducir a impactos climáticos en cascada e irreversibles. Pero los gobiernos y corporaciones que producen más emisiones no sólo se están haciendo de la vista gorda sino que están echando leña al fuego”, añadió.
El estudio del IPCC reitera que todos los países deben reducir sustancialmente el uso de combustibles fósiles, ampliar el acceso a la electricidad, mejorar la eficiencia energética y aumentar el uso de combustibles alternativos, como el hidrógeno.
Hablar de la extinción de millones de especies de plantas y animales “no es ficción ni exageración. Es lo que la ciencia nos dice que resultará de nuestras políticas energéticas actuales”, señaló Guterres.
La publicación atribuye gran parte del problema a las ciudades y considera muy preocupante que las reducciones de emisiones recuperadas en la década reciente hayan sido menores que los aumentos de la producción de esos tóxicos gases, debido al aumento de los niveles de actividad global en la industria, el suministro de energía, el transporte, la agricultura y la construcción.
El jefe de Naciones Unidas opinó que los activistas sobre la ecología a menudo son calificados de radicales o peligrosos. “Pero quienes realmente son la amenaza son los países que están aumentando la generación de combustibles fósiles. Invertir en nueva infraestructura de hidrocarburos es una locura económica y moral”, arremetió.
De la población mundial, 99 por ciento respira aire que supera los límites mínimos de calidad establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), indicó la agencia.
Aunque un número récord de más de 6 mil ciudades en 117 gobiernos ahora vigila las condiciones del ambiente respirable, los habitantes de esas localidades todavía inhalan niveles peligrosos de partículas finas y dióxido de nitrógeno, y las personas en países de ingresos bajos y medios son quienes padecen las mayores exposiciones, señaló.
Las conclusiones llevaron a la OMS a pedir una reducción en el uso de combustibles fósiles y otras medidas concretas para disminuir la contaminación atmosférica.
La OMS calcula que más de 13 millones de muertes ocurridas cada año en el mundo se deben a causas ambientales prevenibles, incluyendo siete millones de fallecimientos relacionados con el esmog.
“Después de sobrevivir a una pandemia, es inaceptable tener todavía 7 millones de muertes prevenibles debido a la toxicidad atmosférica inducida por la actividad humana”, expuso María Neira, directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS.
Más información en https://www.who.int/es/news/item/04-04-2022-billions-of-people-still-breathe-unhealthy-air-new-who-data