Tokio. El director japonés Ryusuke Hamaguchi dice que le sorprendió la popularidad internacional de su película ganadora del Óscar Drive My Car (en japonés Doraibu mai kâ), pero lo atribuye a la universalidad del cuento de Haruki Murakami en la que se basa.
La película se centra en un actor interpretado por Hidetoshi Nishijima que dirige una producción multilingüe de Tío Vania de Chéjov. Todavía de luto por la repentina pérdida de su esposa, el actor Kafuku dirige al elenco en los ensayos en los que se sientan y leen sus líneas llanamente, asimilando el lenguaje durante días antes de representarlas.
La cinta de tres horas, una historia de duelo, conexión y recuperación, ganó el Premio de la Academia al mejor largometraje internacional el mes pasado.
“En realidad, me sorprendió la gran aceptación de esta película”, dijo Hamaguchi en una conferencia de prensa en Tokio el martes, en su primer gran evento desde el Óscar.
Si bien atribuyó su popularidad a la universalidad de la historia del escritor japonés, Hamaguchi dijo que los actores “la llevaron a la pantalla de una manera muy convincente, aunque estoy seguro de que fue una tarea extremadamente difícil para ellos encarnar la visión del mundo de Haruki Murakami”.
Por su parte, trató de “mostrar algún tipo de esperanza, como lo hace el señor Haruki Murakami en sus novelas, para que podamos sentir que este personaje ahora está bien — el proceso de pérdida y aceptarlo para seguir adelante — por no decir bastante recuperado”, dijo Hamaguchi.
La “realidad interna” de los personajes es tanto el encanto como la dificultad para convertir la historia de Murakami en imágenes, dijo Hamaguchi.
“Describir la realidad interna… es algo en lo que las películas no son muy buenas”, dijo el director. Así que decidió no rastrear el lenguaje escrito de la historia original. “Cuanto más atractiva es una historia, más difícil es que las imágenes superen las imágenes ya formadas en la mente de los lectores”, señaló.
Hamaguchi dijo que decidió visualizar el núcleo de la historia: la relación entre Kafuku y su conductora mucho más joven, Misaki, quien también sufrió la pérdida de su madre en un deslizamiento de tierra, algo en lo que se profundiza gradualmente a través de sus conversaciones en su amado Saab rojo, uno de los elementos coloridos en la película.
El film combina los mundos internos de Murakami y Chéjov y refleja sus similitudes, dijo Hamaguchi.
Las conversaciones entre Kafuku y Misaki contrastan con las de Vania y Sonia en Tío Vania, y cuando Kafuku interpreta a Vania durante la actuación, se da cuenta de sus propias palabras internas hacia la recuperación.
“Encontré que Drive My Car y Tío Vania están maravillosamente entrelazados, como si se tradujeran entre sí”, dijo Hamaguchi.
Hamaguchi dijo que quería agradecer a Murakami en la ceremonia de los Óscar, pero perdió la oportunidad porque su “gracias” después de nombrar una larga lista de actores se malinterpretó como el final de su discurso.
“Todavía quería agradecer a Murakami-san y a mi equipo”, dijo.
Las películas de Hamaguchi, que incluyen la antología estrenada en 2021 Gûzen to sôzô (en español La rueda de la fortuna y la fantasía y en inglés Wheel of Fortune and Fantasy), no eran muy conocidas en Hollywood antes de que su premio al mejor guión en el Festival de Cine de Cannes del año pasado llamara la atención sobre Drive My Car.
Hamaguchi dijo que el público internacional ahora ve a Asia como una fuente de películas interesantes, y espera que sus colegas cineastas puedan crear obras capaces de “perforar los corazones de los espectadores” y a la altura de sus expectativas.
¿Su meta para su próxima película? “Poder decir que hice una que es un poco mejor que la anterior”.