Entre 2019 y 2021, la Defensoría de los Derechos Universitarios, Igualdad y Atención de la Violencia de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) incrementó en 30 por ciento el número de orientaciones que brinda a la comunidad de esa casa de estudios, al pasar de 2 mil 200 a 2 mil 800. En referencia a la violencia de género, atendió a mil 211 personas, y en 245 casos se inició un procedimiento.
En un informe presentado ante el Consejo Universitario de la UNAM, que sesionó la semana pasada, Guadalupe Barrena Nájera, titular de la defensoría, expuso que uno de cada cuatro eventos de violencia reportados se produjeron dentro de instalaciones universitarias, y una cifra similar se cometieron fuera de los planteles, en tanto que el resto fue una combinación de medios electrónicos con contactos adentro y en el exterior de las unidades escolares.
Ataques físicos
Indicó que 30 por ciento de las agresiones reportadas a la defensoría se relacionan con ataques físicos, en tanto que 20 por ciento con temas de violencia sexual.
Barrena Nájera señaló que de todos los asuntos que llegan a este órgano, solamente 10 por ciento se originan a partir de relaciones personales, y el resto tiene que ver con contacto profesional o académico que después puede tener componente personal. Es decir, “estos eventos de violencia se producen en el desarrollo de las actividades propias de la universidad, y 48 por ciento de los casos se presentan en relaciones académicas”.
Detalló que en un año se duplicó el alcance del servicio que ofrece la defensoría a la comunidad, pues pasaron de atender a 53 personas por cada 10 mil universitarios a más de 100, y se espera que con el aumento de las actividades presenciales haya incremento sensible.
Barrena Nájera señaló que los asuntos en el nivel de licenciatura representan 75 por ciento de los casos atendidos, mientras en bachillerato son alrededor de 30 por ciento. No obstante, cabe recordar que 60 por ciento de la matrícula estudiantil de la UNAM se ubica en el grado superior.
También destacó que el personal académico ha comenzado a acudir con mayor frecuencia a los servicios de la defensoría, lo que es “positivo”, porque puede ser signo de confianza.