Quito. Las autoridades ecuatorianas intentan recuperar el control de una cárcel en el sur del país después de que 12 personas murieran en un motín e intento de fuga.
El suceso ocurrió en la cárcel de Turi en Cuenca, a 310 kilómetros al sur de la capital, Quito, informaron autoridades.
El ministro del Interior, Patricio Carrillo, confirmó en rueda de prensa que “se han identificado 12 víctimas. Se mantienen las evaluaciones en el interior. Además, se han implementado medidas para evitar incidentes en otros privados de la libertad". Agregó que no se han registrado fugas de presos.
El gobierno” ejercerá las acciones para contener la irracionalidad y radicalismo dentro de los centros”, añadió.
El ministerio del Interior confirmó que unos 800 agentes de grupos tácticos de la policía y el ejército ingresaron para controlar la situación, que además dejó 10 heridos de diversa magnitud. Otros 90 internos han sido evacuados a otras prisiones. La situación aún no ha sido controlada.
En vídeos filmados alrededor de ese centro carcelario y difundidos por medios de comunicación, se escuchan reiteradas detonaciones presuntamente de armas y constantes gritos durante la madrugada.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad aseguró que en esa penitenciaría “se registraron alteraciones al orden interno, ante lo cual se activaron los protocolos de seguridad y se coordinó la intervención de la policía y fuerzas armadas para mantener la seguridad interna y externa".
En marzo, Amnistía Internacional, en su informe anual, aseguró que al menos 316 presos murieron como producto de enfrentamientos en las cárceles ecuatorianas durante 2020, el más grave ocurrido en septiembre con un saldo de 119 fallecidos. Las masacres fueron producto de enfrentamientos entre bandas de narcotráfico rivales presuntamente vinculadas con carteles mexicanos, de acuerdo a la información del gobierno.