Dado que las anteriores recesiones económicas en Estados Unidos han sido anticipadas por una curva invertida, los mercados financieros en el mundo están preocupados por que se presente ante los elevados niveles de inflación, el inicio de una política monetaria restrictiva y los efectos del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
En el estudio Atención a la inversión de la curva en Estados Unidos, Carlos González, director de análisis económico, cambiario y bursátil de Monex, explicó que en las últimas jornadas en los mercados se ha generado una particular preocupación de la posible “inversión de la curva” de los bonos estadunidenses, ya que en caso de materializarse es considerada como una señal de una posible recesión en la economía de dicha nación para los próximos 12 a 18 meses.
“En el pasado, todas, o casi todas, las recesiones han sido precedidas por una inversión de la curva con meses de anticipación.”
La inversión de la curva de tasas de interés es una situación poco común, en que los réditos a corto plazo se sitúan por encima de los de largo plazo; inusual que el riesgo de prestar a largo plazo es mayor que el de hacerlo en un plazo corto y que, por tanto, exija ser premiado con una tasa de interés más alta.
Dejar de prestar
El que la curva de tasas invertida preceda normalmente a la recesión en Estados Unidos no es algo que suceda por arte de magia y tiene una explicación muy clara: si la tasa de interés que los bancos pagan a sus clientes por los depósitos es más elevado que el que cobran a familias y empresas por los créditos que les conceden, el negocio bancario deja de ser rentable, precisaron.
Esto lleva a que los bancos frenen la expansión del crédito mientras se dan esas circunstancias lo que, a su vez, termina conduciendo a la desaceleración de la economía primero y, si la situación persiste, a la recesión después.
Hace unos días se empezó a presentar el fenómeno de la curva invertida de las tasas en los bonos del Tesoro de Estados Unidos a corto y largo plazos, algo que no sucedía desde septiembre de 2007, un año antes de la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers, que detonó la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión.
Los bonos del Tesoro a dos años se ubican en 2.3849 por ciento; mientras la deuda a 10 años está en 2.3270 por ciento.
“Es importante mencionar que a pesar de la solidez que actualmente muestra la economía de Estados Unidos, las preocupaciones presentes se fundamentan en la todavía fragmentada cadena de suministro a nivel internacional; los elevados niveles de inflación (máximos de los últimos 40 años); el inicio del ciclo restrictivo en la política monetaria por parte del Banco de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos y otros bancos centrales; y los efectos colaterales del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que podría desencadenar en una menor actividad económica global con epicentro en Europa”, explicó González.