Con la ¿nueva? información sobre lo ocurrido la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014, cuando variopintas instituciones del Estado, entre ellas el Ejército y la Marina, tuvieron diversos grados de responsabilidad (falta saber más) en la desaparición de los 43 normalistas de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero, sus padres, madres y compañeros manifestaron su coraje e indignación, y, sobre todo, su dolor.
“Estamos encabronados”, dijo, en su nombre, Mario González, padre de César Manuel González Hernández. Y no es para menos, pero lo que sorprende es la falta de reacción de amplios sectores de la sociedad que en 2014 llenaron las calles exigiendo la presentación de los 43 estudiantes que se preparaban para ser maestros rurales. La confusión es mucha, pues no son pocos quienes ahora ven la exigencia de justicia como una afrenta para el nuevo gobierno federal y se atreven a lo impensable: descalificar a las familias de los 43 y a conminarlas a la resignación.
El tercer informe presentado por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) es contundente: la “verdad histórica” presentada por el ex presidente Enrique Peña Nieto fue un montaje. No fueron asesinados ni quemados en el basurero de Cocula (imagine el lector lo que padecieron los familiares cuando se les dio esta información). Esta falsedad ya había sido demostrada, pero ahora se sabe que fueron elementos de la Marina quienes manipularon la escena en los días posteriores a la desaparición.
También se supo siempre del involucramiento del Ejército. Ahora hay la certeza de que desde antes de la desaparición fueron vigilados, vía la infiltración de personal de la Sedena en los grupos de activismo de la Normal, por lo que se contó con toda la información en tiempo real. Los integrantes del Ejército infiltrados estaban con ellos en los autobuses informando a sus mandos y nadie impidió su desaparición. ¿Quién, hoy, va a responder por todo esto? El Ejército y la Marina no son instituciones sexenales. Es momento de saber la verdad completa: ¿Qué pasó y dónde están?
“Estamos decepcionados, cansados de tanta mentira”, reitera don Mario. El resto de la sociedad debería estar igual.