Morelia, Mich., Alrededor de 574 derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que padecen insuficiencia renal, denunciaron al Centro Coahuilense de Hemodiálisis Plenitud, pues no presta el servicio que prometió, tras ganar la licitación hace alrededor de un año.
Este centro es intermediario, pues a su vez contratan dos clínicas en Morelia, una en Uruapan y otra en Ciudad Hidalgo, que son las que atienden a los pacientes con insuficiencia renal, varios de los cuales sufren a su vez hepatitis, hipertensión, diabetes y VIH.
Los entrevistados se negaron a dar nombres, porque han recibido amenazas de la empresa Plenitud, y son acosados, sobre todo los que encabezan el movimiento de protesta. Acusaron que el propietario del centro coahuilense es Sergio Érik Borbolla García, quien ha tenido otras empresas similares en Querétaro, denominadas Clínicas y Hospitales San Juan y en Guadalajara. Incluso en Saltillo, Coahuila le cancelaron el contrato porque 40 personas que recibían hemodiálisis fueron contagiadas de hepatitis.
Dijeron que es tal el desorden en las clínicas de Plenitud que a algunos pacientes que viven en Morelia o en zonas cercanas, los mandan a dializar a Ciudad Hidalgo; además ninguno de esos lugares cuenta con nefrólogo las 24 horas; el personal no está calificado y se carece de sicólogo, nutriólogo y trabajadores sociales.
Explicaron que el IMSS contrata este tipo de clínicas, porque no cuenta con equipo suficiente, de hecho, dentro de las instalaciones de esa dependencia se dializa a una mínima parte de los enfermos.
Desde el 28 de febrero, autoridades del IMSS notificaron a los enfermos renales que serían atendidos por Plenitud, empresa que ganó la licitación, por lo que, las otras dos clínicas que atendían en Morelia lo dejaron de hacer, después de más de una década, pero éstas tenían más de 100 máquinas para hemodiálisis, mientras la nueva empresa sólo tiene unas 35, y ofrece un servicio deficiente.