En la Ciudad de México en uno de cada dos accidentes de tránsito está involucrada una motocicleta, mientras en uno de cada tres incidentes fatales corresponde hay un motociclista, por lo que la Secretaría de Movilidad (Semovi) puso en marcha el taller gratuito de introducción a la conducción segura en la Motoescuela.
En el primer día de actividades acudieron conductores como el abogado Omar García, quien a pesar de que lleva 20 años de manejar ese vehículo, dijo que asistió para aprender técnicas de frenado y evitar derrapes, luego de que ha tenido accidentes, uno de los cuales lo llevó al hospital, aunque no de gravedad.
Entrevistado en las instalaciones de la colonia Portales, recordó que un amigo le enseñó a conducir; sin embargo, al acabar la clase de dos horas en la Motoescuela, “ahora tengo más herramientas para evitar derraparme, porque en prácticamente todas las vialidades hay arenilla, pero más en Río Churubusco y Viaducto Tlalpan”.
Lamentó los accidentes de tránsito que en muchas ocasiones no sólo tienen que ver con la falta de pericia del conductor, sino que están relacionados con baches, coladeras sin tapa o falta de cultura vial de los automovilistas.
El instructor Javier Martínez dijo que el objetivo del curso “es salvar la vida, porque el tema es que somos muchos motociclistas en la calle que no tenemos experiencia”.
Comentó que por la pandemia “desafortunadamente muchas personas se quedaron sin trabajo y lo primero que hicieron fue comprarse una moto para trabajar como repartidores”, por lo que alertó que al no saber conducir “el accidente está a la vuelta de la esquina. La gran mayoría de las personas que compran su moto sin un curso previo se accidentan y subirte es una responsabilidad como si manejaras un carro”.
La directora de Seguridad Vial y Seguimiento a la Información de la Semovi, Valentina Delgado, mencionó que “el tercer evento más mortal en la Ciudad de México es el derrapamiento de conductores de motocicleta”.
La primera causa de muerte es el atropellamiento, seguido del choque automovilístico y después el derrapamiento, en cuyo accidente posiblemente pudo intervenir el conductor de un vehículo o el motociclista se asustó, encontró un bache, una coladera abierta, además de aceite o arena en el asfalto.
Las lecciones que recibieron los participantes fueron desde la forma adecuada de sentarse al conducir, voltear la cara completa al pasar un semáforo, utilizar los dedos índice y medio para frenar y contar mil uno, mil dos y mil tres al momento de empezar y hasta terminar el frenado.