La sesión de la Cámara de Diputados reventó ayer por la agresión física de la morenista María Clemente García Moreno contra el presidente en turno de la Mesa Directiva, Santiago Creel Miranda (PAN), a quien obligó a quitarse de su curul, en el contexto de una protesta contra el panista Gabriel Quadri, quien se refirió a la legisladora trans Salma Luévano como “el señor Luévano”.
Ante la sorpresa de todas las bancadas, que repudiaron el hecho, García Moreno (también trans) tomó del brazo izquierdo a Creel para tratar de levantarlo de su asiento, y luego se paró frente a él. El ex secretario de Gobernación se puso de pie y tomó el micrófono, que le fue arrebatado por la diputada.
Legisladoras de Morena y del PT, que habían subido a respaldar a Luévano, exigieron a García Moreno retirarse. Incluso, algunas la jalonearon.
El desatino de García Moreno fue el colofón de una nueva disputa entre las diputadas trans y Quadri, quien durante la discusión de una reforma para incluir la figura de consentimiento informado para tratamientos médicos y de salud mental propuso que sólo se permitan intervenciones a adolescentes, en casos de disforia de género, con el permiso de alguno de los padres.
Salma Luévano (Morena), presidenta de la Comisión de Diversidad, llamó a Quadri “sinvergüenza asesino” y advirtió: “como mujer orgullosamente trans, quiero decirle al señor que está muy equivocado; recuerde que tiene hijos y familia, y ojalá ahí eso le va a callar la boca. Tenemos hijos, familiares. Como yo también tengo familia”.
Desde el otro lado del salón, el panista reviró: “hago notar que el señor Luévano me está amenazando dentro del pleno”.
La postura de Quadri ha sido señalada como “transfóbica” por Luévano y García Moreno, y el enfrentamiento se ha avivado porque el panista incluso llama a las trans “hombres vestidos de mujeres”.
Desde su curul, María Clemente exigió que el legislador del blanquiazul fuera expulsado del Congreso, pero Creel aclaró que no se trata de una atribución de la Mesa Directiva, sino de un proceso regulado por la Constitución, en la figura de desafuero.
La legisladora subió el tono y consideró inadmisible que en la Cámara permanezca “un sujeto con los problemas de salud mental como los que él (Quadri) tiene”.
Minutos después, ella perdió el control. Todas las bancadas refrendaron su respeto y confianza a Creel en la conducción de la mesa y Salma Luévano se disculpó. Clemente no y Morena le hizo el vacío. En Twitter se declaró diputada independiente.