Washington. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su par ucranio, Volo-dymir Zelensky, hablaron sobre capacidades militares “adicionales” necesarias para ayudar al ejército de Ucrania, en una llamada telefónica de 55 minutos, informó ayer la Casa Blanca.
Agregó que Biden subrayó el impacto “determinante” de las armas suministradas por los estadunidenses en el curso del conflicto.
Además, Biden dijo a Zelensky que Estados Unidos proporcionará a Ucrania unos 500 millones de dólares en ayuda directa, en el contexto de la lucha de Kiev contra las fuerzas invasoras rusas.
El gobernante ucranio tuiteó que “compartió su análisis de la situación en el campo de batalla y en la mesa de negociación”, al día siguiente de una nueva sesión de conversaciones entre Kiev y Moscú.
“Hablamos sobre apoyo defensivo específico, un nuevo paquete de sanciones y ayuda macrofinanciera y humanitaria” para Ucrania, agregó Zelensky.
Funcionarios del Pentágono aseguraron que todo el armamento estadunidense prometido a mediados de marzo por Biden, incluidos los drones “suicidas” Switchblade y los repuestos para las baterías antiaéreas de fabricación rusa S-300 aún no han sido entregados a Kiev.
“Hemos prometido 100 drones Switchblade, están en el lote que se está entregando”, explicó ayer durante una audiencia parlamentaria la jefa de asuntos internacionales del Pentágono, Celeste Wallander.
En cuanto a las S-300, la funcionaria precisó: “nos enfocamos en países que tenían misiles o repuestos” para esos sistemas que estaban listos para donarlos a las fuerzas ucranias. “Está en curso” el envío, detacó Wallander, quien agregó que seguía la negociación con Eslovaquia para modernizar sus defensas con el sistema estadunidense Patriot.
Boris Johnson, premier británico, llamó a “intensificar las sanciones” occidentales contra Rusia, hasta que el último de sus soldados se haya retirado de Ucrania.
“No se puede esperar que el G-7 levante las sanciones sólo porque haya un alto el fuego”, afirmó el premier ante una comisión parlamentaria británica.
El jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica, Rafael Grossi, visitó la central nuclear de Konstantinovka, en el sur de Ucrania, para analizar una “asistencia técnica” ante el temor de un accidente.