En la construcción del Tren Maya no hay ningún obstáculo legal y tampoco negativa de la población, subrayó el presidente Andrés Manuel López Obrador al ratificar que esta megaobra será inaugurada conforme a lo previsto a finales del año entrante.
Al hablar del tema, una de las principales obras de su administración, dijo que la protesta por uno de los siete tramos previstos (área Cancún-Tulum) es por mala fe o desinformación, pero también por una actitud clasista, al dar por sentado que los pobladores no defienden lo suyo. “¿Ustedes creen que podríamos hacer una obra sin el consentimiento de la gente?”
El mandatario hizo referencia a la aplicación de consultas con base en lo cual se inició la obra, y la certeza de que la mayoría de los habitantes está a favor del tren.
“¿Qué no vive gente aquí? ¿Qué esta gente que vive aquí no tiene conciencia de la importancia de proteger el medio ambiente? ¿Son los de la élite de la capital o del extranjero los únicos hombres de ciencia y conciencia, como se decía en la época de la Colonia? Es ofensivo”, advirtió.
El Presidente aseveró que ya no hay ningún problema legal luego de haberse desahogado un amparo al comienzo del proyecto.
La construcción y operación del Tren Maya está planeada en siete tramos y todos forman un circuito de mil 554 kilómetros aproximadamente, el cual toca cinco entidades: Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
En la obra hay 50 mil trabajadores cuyo objetivo es desarrollar una región históricamente abandonada, con cero crecimiento durante el periodo neoliberal. De tal forma que el Tren Maya (planeado para ser de carga y de pasajeros, con un desplazamiento de hasta 160 kilómetros por hora) se complementará con enlaces a zonas arqueológicas, rutas aéreas, terrestres y de reforestación en la península.
“En toda la ruta se están plantando 200 mil hectáreas de árboles, sólo en las orillas se van a poner hileras de árboles flor; hoy me entregó ya el proyecto el general secretario, hasta de las especies a plantar”, y reiteró que en distintas zonas se utilizaron las vías ya existentes desde la mitad del siglo pasado.
Precisó que el tramo que se critica originalmente estaba pensado para hacerlo como una especie de ampliación de la carretera, “sin embargo, se pensó que íbamos a parar la zona mientras se construía cuando menos un año. Hubo una solicitud de los dueños de los hoteles y se les concedió.
“Entonces, también se pensó hacer una especie de segundo piso de 100 kilómetros, pero además de que también íbamos a tener problemas de tráfico, se nos elevaban mucho los costos y también había protestas porque iba ir el tren muy cerca de los hoteles.”
Por eso “se optó por un trazo nuevo que viene aquí, en paralelo a la carretera, en los espaldares de los terrenos, la parte de atrás. Ya está concedido todo el derecho de vía”.
Señaló que no habrá afectaciones de tipo ambiental y señaló a quienes hoy protestan, “como el señor Derbez”, quien participó en la inauguración de un centro turístico para explotar cenotes y ahí “nadie dijo nada. Llegando a Tulum, en efecto, hay cenotes, pero el proyecto contempla hacer viaductos para pasar por arriba. No se toca, no se altera en nada a los ríos subterráneos ni a los cenotes.
“De los árboles, todo esto pertenece la mayor parte a hoteles que compraron de la costa hacia adentro. Ya tiene un impacto, ya son zonas impactadas”.
El mandatario viajará al sureste el mes próximo para visitar los 10 campamentos de los ingenieros militares, los mismos que construyeron el AIFA, y ahora estarán encargados de los tramos seis y siete del tren (Tulum-Escárcega).