Nueva York., El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, nombró ayer a Martin Griffiths, secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios, mediador para lograr un “alto el fuego humanitario” en Ucrania.
“En el ejercicio de mis buenos oficios he pedido a nuestro coordinador humanitario que explore de inmediato un posible acuerdo”, afirmó Guterres en rueda de prensa.
Señaló que “esta tragedia humanitaria requiere una solución política”, y pidió un alto el fuego “para permitir avances en negociaciones serias para lograr un acuerdo de paz basado en los principios de la Carta de Naciones Unidas”.
Además, este alto el fuego “permitirá que la ayuda humanitaria esencial sea entregada y los civiles se puedan mover con seguridad; salvará vidas, evitará sufrimientos y protegerá a los civiles”, aseguró.
Guterres explicó que la labor de mediación ya comenzó y que Griffiths posiblemente viajará a Moscú y Kiev en breve. Destacó el discurso de los dirigentes de Ucrania y Rusia y las mociones presentadas ante el Consejo de Seguridad sobre un posible alto el fuego y añadió: “es el momento en que creo que tiene sentido que la ONU tome la iniciativa”.
Al ser interrogado por la posibilidad de que la ONU ponga los medios para garantizar el cumplimiento del alto el fuego, Guterres comentó que “depende de la voluntad de las partes”.
En otro orden, la policía de Alemania alertó sobre el aumento de delitos que se cometen contra personas de origen ruso debido a la operación especial militar de Rusia en Ucrania.
Según datos policiales, se registran desde insultos y amenazas hasta agresiones físicas a residentes de ascendencia eslava, informó Russia Today.
Se trata tanto de los delitos contra personas de origen ruso como los de origen ucranio, declaró el jefe de la Oficina Federal de Investigación Criminal, Holger Münch.
“Actualmente, registramos unos 200 de estos delitos por semana”, detalló el funcionario.
Poco después de las 19 horas del domingo se cerró la ruta del tren expreso Allegro de San Petesburgo, entre Rusia y Finlandia, una de las pocas puertas que había hacia Europa, un mes después de la invasión rusa a Ucrania.
El destructor Forrest Sherman llegó al puerto polaco de Gdansk para “marcar la presencia estadunidense en la región”, mientras dos fragatas británicas se unieron a la fuerza expedicionaria conjunta en el Mar Báltico.