Washington. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, después de más de un siglo de intentos, promulgó por primera vez una ley federal definiendo el linchamiento como un crimen de odio, en un acto que fue a la vez bienvenido por luchadores antirracistas pero que también provoca cuestionamiento por cómo esa práctica de asesinato extrajudicial de afroestadunidenses e inmigrantes aún no había sido formalmente penalizada con este tipo de legislación hasta ahora.
“Cientos de proyectos de ley parecidos habían fracasado en ser aprobados a lo largo de los años… no había una ley federal que prohibía expresamente el linchamiento, ninguna, hasta hoy”, declaró Joe Biden al promulgar la ley con su firma en la Casa Blanca.
“Por mucho tiempo, el linchamiento fue terror puro para aplicar la mentira de que no todos, no todos, pertenecen a América, no todos son creados como iguales. Hombres, mujeres y niños inocentes colgados con sogas de árboles, cuerpos quemados y ahogados y castrados.¿Sus crímenes? Tratando de votar, tratando de ir a la escuela, tratando de ser dueños de un negocio o de predicar. Falsas acusaciones de asesinato, incendio, robo. Solo por ser negro”.
Caracterizado como “la expresión extrema del racismo”, se tiene registro de casi 6 mil 500 linchamientos entre 1882 y 1968, según el Equal Justice Initiative y el NAACP (https://eji.org/reports/reconstruction-in-america-overview/); https://naacp.org/find-resources/history-explained/history-lynching-america). Pero se supone que hay tal vez miles de casos más. La abrumadora mayoría de estos crímenes -algunos calculan que el 99 por ciento- permanecieron impunes.
Desde 1882 a la fecha hubo más de 200 intentos para promulgar una ley federal anti-linchamiento, y sólo fue hasta ahora que se logró. La legislación define el linchamiento como un crimen de odio con una pena de hasta 30 años de prisión.
Linchamiento es definido como un asesinato extrajudicial, casi siempre por una turba y frecuentemente realizado ahorcando a la víctima -la gran mayoría afroestadunidenses pero también inmigrantes mexicanos, chinos y de otros países, y unos cuantos blancos que fueron acusados de apoyar a afroestadunidenses.
La nueva ley fue bautizada como la Ley Emmett Till contra el linchamiento, nombrada por el linchamiento y tortura de Till, un joven afroestadunidense de 14 años de edad, en Misisispi en 1955. Su muerte contribuyó a detonar el gran movimiento de derechos civiles en los cincuenta y sesenta. El proyecto de ley tardó tres años en ser promulgado, después de que a principios de este año el Senado lo aprobó de manera unánime.
El diputado y veterano activista de derechos civiles Bobby Rush, quien patrocinó la iniciativa en la cámara baja, festejó su promulgación declarando que “el linchamiento fue una arma de terror racial particularmente estadunidense que durante décadas fue empleada para mantener la jerarquía blanca” en el país. “Hoy estoy pensando de Emmett Till y las incontables víctimas de este crimen brutal cuyos nombres no conocemos”, agregó.
Biden y la vicepresidenta Kamala Harris (quien había copatrocinado este proyecto de ley cuando era senadora) también rindieron tributo a la periodista afroestadunidense Ida B. Wells quien a fines del siglo XIX e inicios del XX documentó extensamente la práctica de linchamiento.
“Árboles sureños ofrecen una fruta rara/Sangre en las hojas, sangre en las raíces. Cuerpos negros meciéndose en la brisa/Fruta rara colgada de los árboles de álamo” son algunos versos de la famosa canción Fruta rara, cuya tema es los linchamientos, escrita por Abel Meeropol y grabada por Billie Holiday en 1939 [https://youtu.be/-DGY9HvChXk].