Madrid. El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, anunció un plan de choque para abaratar el precio de la electricidad y los combustibles, que están asfixiando a la mayoría de la ciudadanía y que han disparado la inflación por encima de 7.5 por ciento. Las medidas, que todavía requieren la aprobación del Consejo de Ministros, el aval del Parlamento y en algunos casos la aceptación por parte de la Unión Europea (UE), contemplaría un gasto público de unos 16 mil millones de euros, de los cuales se calcula que 6 mil serán para ayudas directas y 10 mil en la reducción de la carga impositiva y los créditos públicos para empresas con problemas contables.
En un encuentro con empresarios, que no figuraba en su agenda, el presidente Sánchez anunció lo que denominó el Plan Nacional de Choque para combatir los efectos de la guerra en Ucrania en la economía española. La inflación, que lleva más de 18 meses al alza, al igual que el precio de la electricidad y de los carburantes, están provocando un drama social y económico de hondo calado, con sectores en pie de guerra, como el del transporte carretero, los ganaderos, los agricultores y los trabajadores autónomos.
El contexto es cada día peor. El precio de la electricidad se está pagando en las semanas recientes en más de 400 por ciento más que hace un año, la gasolina o el diésel está 80 por ciento más caro que hace sólo seis meses y la canasta básica ya se paga 30 por ciento más que hace un año. Y los salarios de los trabajadores apenas se han incrementado, al tiempo que los impuestos han aumentado en varios rubros.
El presidente Sánchez logró en la reunión de la UE del pasado viernes la aprobación para que tanto España como Portugal presenten un plan de actuación para abaratar la tarifa eléctrica, que deberá ser analizada y autorizada por las instituciones comunitarias, que son las que avalan la libre competencia y que no se vulnere la legislación comunitaria. Así que mientras se culmina este proceso, que podría tardar varias semanas, incluso meses, el presidente español anunció las “líneas generales” de su plan y que si se cumplen los plazos entrará en vigor hasta el próximo 30 de junio, es decir en tres meses, un plazo de tiempo que para algunos sectores es demasiado para soportar la situación crítica de sus finanzas.
Las medidas pretenden distribuirse en cinco ejes: ayudas a las familias y trabajadores; apoyo al tejido empresarial; respaldo al sector de transportes; ciberseguridad y, finalmente, sector energético. Entre los pocos detalles que se desvelaron, el gobierno prevé una bonificación de hasta 20 céntimos en cada litro de combustible, que supondría un mínimo desahogo sobre todo para los sectores que dependen de esta fuente de energía. En cualquier caso, el precio medio del litro de gasolina ha pasado a costar, en menos de un año, de 0.89 euros el litro a dos euros, con lo que una reducción de 20 céntimos es sensiblemente inferior al incremento que se ha registrado.