París. El presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller federal alemán, Olaf Scholz, se distanciaron ayer del comentario del jefe de la Casa Blanca, Joe Biden, de que el mandatario ruso, Vladimir Putin, “no debe seguir en el poder”.
Horas después, Biden aclaró que no tiene una política de cambio de régimen en Rusia, luego de que altos funcionarios estadunidenses continuaron con sus esfuerzos por matizar el discurso pronunciado por el manadatrio antier en el Castillo Real de Varsovia.
Macron dijo que “no utilizaría” el término de “carnicero” con el que Biden calificó a Putin, al considerar que no hay que crear una escalada “ni en las palabras ni en las acciones” con relación a la guerra en Ucrania, y reafirmó que Estados Unidos sigue siendo un aliado importante.
Macron, quien ha conversado varias veces con el líder ruso en intentos hasta ahora infructuosos para poner fin a la violencia en Ucrania, hablará hoy de nuevo con Putin.
“Creo que debemos atenernos a los hechos y hacer todo lo posible para que la situación no se descontrole”, declaró Macron al canal de televisión France-3 cuando se le preguntó sobre el comentario de Biden.
Añadió que no usaría esos términos “porque yo sigo hablando con el presidente Putin, porque lo que todos queremos es poner fin a la guerra que Rusia lanzó en Ucrania, sin escalar el conflicto.
“Compartimos con ellos muchos valores, pero los que vivimos al lado de Rusia somos los europeos”, añadió, y precisó que hablará con Putin sobre la posibilidad de establecer un corredor humanitario para la asediada ciudad de Mariupol, tema que también fue debatido con Turquía y Grecia.
Por su parte, Scholz afirmó que un cambio de régimen en Rusia no es el “objetivo de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)”, a pesar de la invasión a Ucrania.
En declaraciones al canal público alemán ARD, Scholz señaló que pudo “hablar extensamente” con Biden y que un eventual cambio de régimen en Rusia no era “objetivo de la OTAN ni del presidente estadunidense.
“La democracia, la libertad y la ley tienen futuro en todas partes, pero corresponde a los pueblos y naciones luchar por esta libertad”, agregó Scholz. “Lo que debemos garantizar es que no se viole la integridad y soberanía de los estados”, argumentó.
Sobre el discurso de Biden contra Putin en Varsovia, la Casa Blanca matizó de inmediato sus palabras e insistió en que Washington no estaba buscando un cambio de régimen.
Cuando un reportero preguntó a Biden al salir de un servicio religioso en Washington si estaba pidiendo un cambio de régimen en Rusia, respondió con una sola palabra: “no”.
“Lo que el jefe de la Casa Blanca quiso decir”
Horas antes, el secretario de Estado, Antony Blinken, señaló que su país no intenta derrocar a Putin, y aclaró que Biden pretendía decir que “Putin no debe tener el poder de emprender una guerra o de agredir a Ucrania ni a nadie más”.
En conferencia de prensa en Jerusalén, Blinken expuso: “no tenemos una estrategia de cambio de régimen en Rusia, o en ningún otro sitio en realidad. En este caso, como en cualquier otro, depende de la gente del país en cuestión. Depende del pueblo ruso”.
La enviada de Estados Unidos ante la OTAN, Juliane Smith, afirmó también que “Estados Unidos no tiene una política de cambio de régimen en Rusia”.
Smith trató de contextualizar los comentarios de Biden al afirmar que siguieron a un día de conversaciones del presidente demócrata con refugiados ucranios en Varsovia.
La invasión rusa –iniciada el 24 de febrero– ha expulsado de sus hogares a una cuarta parte de los 44 millones de habitantes de Ucrania.
“En ese momento, creo que fue una reacción muy humana, una declaración de principios por los relatos que había escuchado ese día”, comentó Smith al programa State of the Union, de CNN, y explicó que “Estados Unidos no tiene una política de cambio de régimen en Rusia. Así de claro”.
El republicano de mayor rango en el Comité de Asuntos Exteriores del Senado, James Risch, calificó los comentarios de Biden de “horrible metedura de pata”, y exhortó: “por favor, señor presidente, aténgase al libreto” en sus declaraciones sobre la guerra en Ucrania.
“La mayoría de las personas que no se dedican a las relaciones exteriores no se dan cuenta de que esas nueve palabras que pronunció provocarían el tipo de conmoción que provocaron”, manifestó a CNN. “Esto causará un gran problema”. Risch resaltó que Biden debe tener más cuidado en el ámbito internacional.
Para el ex diplomático estadunidense Richard Haass, “Putin considerará esto como una confirmación de lo que ha creído desde el principio”. Biden “hizo más difícil una situación difícil y aún más peligrosa una situación peligrosa”, aseveró Haass, quien preside el centro de análisis Consejo de Relaciones Exteriores.
Otros juzgaron que las palabras del presidente debían ser acogidas con matices.
Biden “habló de lo que piensan miles de millones de personas en todo el mundo y millones más en Rusia”, tuiteó el ex embajador de Estados Unidos en Moscú, Michael McFaul. “No dijo que Estados Unidos debería sacarlo del poder. Hay una diferencia”.
François Heisbourg, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, expresó que ni los comentarios de Biden ni los esfuerzos de Blinken para corregirlos fueron constructivos.
“La gente siempre habla demasiado”, tuiteó Heisbourg. “¿Por qué Joe y Tony sienten la necesidad de desahogarse cuando sería mejor que se abstuviesen en este momento de la guerra?”, preguntó.
El canciller francés, Jean-Yves le Drian, comparó el asedio ruso contra la ciudad de Mariupol con la ofensiva que fuerzas sirias, con ayuda rusa, lanzaron contra Alepo.
Mariupol se está convirtiendo “en una segunda Alepo”, expresó Le Drian en el Foro de Doha.
“La campaña de sitiar ciudades” aplicada por Rusia en Ucrania debería provocar “un sentido de culpabilidad colectivo”, añadió. “La población civil está siendo masacrada, aniquilada, es un sufrimiento horrible”, denunció Le Drian, visiblemente enojado.
El papa Francisco redobló sus peticiones de negociaciones para poner fin a los combates en Ucrania.