Naipyidó. La junta militar de Myanmar advirtió ayer que “aniquilará” a sus opositores, sostuvo el jefe del ejército durante un desfile que coincide con la fecha de la más sangrienta represión contra los opositores al golpe de Estado de 2021.
Este país del sureste asiático está sumido en el caos desde el golpe de febrero de 2021 que derrocó al gobierno de Aung San Suu Kyi, y más de mil 700 personas han muerto por la represión contra disidentes, según un grupo local de vigilancia.
Antes de presidir un imponente desfile de tanques, misiles, artillería y soldados a caballo, el jefe del ejército Min Aung Hlaing aseguró a unos 8 mil oficiales que la junta no desistirá.
Los militares “no negociarán más y van a aniquilar” a los grupos que buscan deponer al gobierno, afirmó antes del desfile por el Día de las Fuerzas Armadas que se llevó a cabo en la capital política del país, Naipyidó.
Las milicias opositoras de la Fuerza Popular de Defensa chocan regularmente con las tropas de la junta en el poder y algunos analistas aseguran que los militares no han logrado responder de forma efectiva.
Además, enfrenta resistencia de milicias étnicas más estructuradas en la frontera con Tailandia y con China.
En tanto, en Rangún, capital económica del país, manifestantes contrarios al golpe lanzaron bengalas y gritaron consignas contra los militares, según imágenes publicadas en las redes sociales.
Otros opositores lanzaron un llamado a apagar las luces de las casas en una “huelga de electricidad” realizada anoche.
El Día de las Fuerzas Armadas conmemora el inicio de la resistencia local contra la ocupación japonesa en la Segunda Guerra Mundial, y suele celebrarse con un desfile militar en el que participaban diplomáticos y representantes internacionales.
El año pasado, las tropas reprimieron brutalmente a los manifestantes de una protesta contra el golpe que el 1º de febrero depuso al gobierno de Suu Kyi, quien está detenida desde entonces.
Esta jornada fue la más sangrienta de la represión orquestada por los militares contra los manifestantes a favor de la democracia y dejó más de 160 muertos, según un grupo local, lo que generó una ola de condenas en todo el mundo.
Este pronunciamiento se produce después de que el viernes, Estados Unidos y Reino Unido anunciaron nuevas sanciones contra el ejército de Myanmar.