Acapulco, Gro. La meta de crecer 4 por ciento durante la actual administración, como prometió el presidente Andrés Manuel López Obrador, fue arrasada en la primera mitad del sexenio por una caída en la inversión, a la que se sumó una pandemia que obligó el cierre de industrias. Ahora el objetivo de que la economía mexicana avance 4.1 por ciento, al menos este año, chocó con una nueva ola de contagios y un conflicto en Europa que puso en vilo las perspectivas de recuperación mundial.
Bajo esas condiciones, Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda y Crédito Público, reconoce que la recuperación económica en México sigue incompleta, “empezó y se suspendió”, así que aún hay potencial para crecer durante los próximos tres años. Considera que tampoco se ha agotado la capacidad de incrementar los ingresos tributarios a través del combate al contrabando y así mantener la meta de una deuda en 51 por ciento como proporción del producto interno bruto (PIB).
En el marco de la 85 Convención Bancaria, el secretario de Hacienda habló 10 minutos con La Jornada. Ramírez de la O no responde llanamente a cuándo la economía mexicana regresará a los niveles prepandemia, pero de acuerdo con sus declaraciones esto se lograría en 2023. Para el año en curso “la expectativa de crecer 4 por ciento sigue siendo válida”, dice; aunque luego viene el matiz: “quitando choques”.
El secretario asegura que en los próximos cuatro trimestres hay potencial para crecer “arriba de 3 o 3.2 por ciento, sin que yo esté haciendo el pronóstico”. Más allá de proyecciones, considera que la política económica está cumpliendo con una agenda progresista, al combatir la desigualdad a través de las alzas salariales y la inversión en infraestructura para el sureste del país.
Sobre uno de los “encargos” que le dio el Presidente –el apoyo a la petrolera del Estado a través de las finanzas públicas–, Ramírez de la O sostiene que “Pemex está para durar siempre”. Enfatiza que la prioridad es mantener la producción “con lo que tiene la empresa”; el cambio climático “no es la prioridad”, así que la transición energética viene después.
–Del momento en el que se formuló el paquete económico a la fecha han pasado demasiadas cosas. Son otras condiciones para la economía del mundo y el país. ¿Qué efectos está viendo, cuál es el análisis y cómo responderá la Secretaría de Hacienda a esta nueva situación?
–La tasa de crecimiento de 5 por ciento en 2021 fue así porque hay un impacto casi de uno por ciento del outsourcing que quitó base de facturación en las empresas que lo hacían. Esa base nos quitó un punto del PIB sin que desapareciera el empleo de esas personas. Hay un impacto de cambio de base. Hacia adelante esa base ya se hizo más chica porque ya no incluye a las empresas que facturaban outsourcing y entonces ya está más limpia la comparación de un año al siguiente.
“En el primer trimestre tuvimos todavía un impacto del covid-19 en su enésima versión y en el segundo ya no lo tenemos así, además hay más experiencia. Del segundo trimestre de 2022 contamos cuatro trimestres adelante y seguimos viendo un potencial arriba de 3 o 3.2 por ciento, sin que yo esté haciendo el pronóstico porque hay que esperar a que los economistas de Hacienda corran su modelo, pero sí creo que la expectativa de crecer 4 por ciento sigue siendo válida, quitando choques.
“En estos próximos cuatro trimestres sería una necedad negar que hay un choque en China por el covid-19, sobre todo en la cadena de suministro; y en Rusia y Ucrania por el encarecimiento de materias primas y también en la cadena de suministro. Eso nos va a impactar, estamos evaluando en qué grado, pero les puedo decir que es menor al impacto del choque del covid-19 y también puede ser menor al impacto del outsourcing en la facturación de las empresas.
“Hay muchos imponderables, pero todo en conjunto nos da un margen de crecimiento hacia arriba que se puede mantener durante 2022, 2023 y probablemente 2024, porque nuestra recuperación nunca se completó, empezó y se suspendió. Ahora empieza y tiene el choque en Ucrania, pero la recuperación que venía con mucha fuerza en la primera mitad de 2021 está todavía incompleta, no hemos agotado el potencial de recuperar la parte que ya estaba ocupada de la economía.”
–¿Y tienen un estimado de cuándo?, porque había un debate sobre la trayectoria de la recuperación.
–Exactamente, nosotros íbamos a crecer 6 por ciento sin el outsourcing. Habíamos caído 8.2 por ciento, íbamos a repuntar 6 por ciento y nuestra tasa de crecimiento de mediano plazo, más esos 2 por ciento que faltan, nos da suficiente para 4 por ciento antes de llegar a problemas de capacidad.
–Usted nos comenta sobre el tema del crecimiento, ¿también se mueve el tema de la deuda como proporción del PIB?, porque la Secretaría de Hacienda había hablado de mantener en cierto nivel los siguientes años (51 por ciento).
–Esa es la meta que tenemos porque es un compromiso del Presidente con su agenda. La Secretaría de Hacienda debe tener algo a partir de lo cual plantear ajustes presupuestales, posponer ciertos gastos o adelantar ingresos. También estamos muy atentos a la parte de ingresos tributarios. No hemos agotado la capacidad de hacer cobros que no se hacían antes, en el sentido de que son cobros (en) que se ajusta la base en un golpe o de una sola vez y ya se queda más amplia para el siguiente; eso no lo hemos agotado. Estamos viendo, por ejemplo, que el tema de contrabando nos va a dar recaudación extra, así como otros sectores.
–En el tema de Pemex, hay muchas críticas sobre el apoyo a la empresa. ¿Cuál es su opinión, qué es lo que tiene más o menos contemplado dejar en 2024, dónde tiene que estar encarrerada Pemex en tres años?
–Pemex va a estar como una empresa totalmente viable y totalmente apoyada por el soberano de aquí a 2024. Lo que haga Pemex, el gobierno federal está totalmente informado. Hay mucha coordinación entre la Secretaría de Hacienda y Pemex, sobre todo Finanzas, pero también con el director general. Trabajamos en un buen clima de comunicación y armonía, de tal forma que Pemex está para durar siempre. Va mejorando su capacidad operativa y sus proyectos, han reducido bastante el gasto excesivo y son eficientes en la recuperación de la caída de la producción de petróleo que viene de campos maduros.
–También está la inflación (y la alza de tasas), ¿replantea la estrategia financiera que estaban pensando para Pemex? ¿Y cuál es su opinión sobre la transición?, ¿ustedes ven que la petrolera tendría que empezar también a invertir en la agenda de cambio climático?
–Sí, nada más que hay que hacer las cosas en orden. La semana comienza en lunes y para nosotros el cambio climático no es lunes, no es la prioridad, tenemos ahorita que sostener los niveles de producción y éstos se sostienen con lo que tiene la empresa. Pemex no hizo inversiones antes, se tenían que haber hecho hace mucho, en otras fuentes de energía y esa es una agenda que no estamos evadiendo, pero tenemos que ocuparnos el lunes de lo del lunes y el sábado de lo del sábado.
–¿Cómo abona la actual política económica a reducir la desigualdad del país?
–Muchísimo. Este gobierno ha levantado el salario mínimo, eliminó el outsourcing y eso elevó el salario general. Por eso es que el empleo en el Seguro Social está en niveles que ya superaron el nivel prepandemia y los salarios también han mejorado mucho. Comenzando con eso, la desigualdad se está atacando en la fuente uno de la desigualdad, que es el salario.
“Los programas sociales están bien dirigidos a áreas y regiones donde hay la mayor desigualdad y atacan lo más sensible que el Presidente detectó cuando conoció, él mejor que nadie, lo que sufren las comunidades por falta de educación, por falta de apoyo a discapacitados o salud. Están llegando muy eficientemente, cubriendo en un frente amplio, sobre muchísimas causas de desigualdad que van a tener un gran alivio en esta administración.”