Albany. El ex obispo de la diócesis de Albany reconoció que encubrió las denuncias de abuso sexual contra niños por parte de sacerdotes en parte para evitar el escándalo y proteger la reputación de la diócesis.
Howard J. Hubbard hizo la admisión durante una declaración tomada el año pasado como parte de una respuesta a decenas de reclamos presentados bajo la Ley de Víctimas Infantiles de Nueva York. Un juez ordenó la publicación de la declaración el viernes.
Cientos de personas que han demandado a la diócesis de Albany por abuso sexual dicen haber sufrido cuando eran niños, a veces hace décadas.
Durante la declaración de cuatro días, Hubbard mencionó a varios sacerdotes acusados de pederastia que fueron remitidos a tratamiento y luego regresaron al ministerio, sin notificación al público. Uno, David Bentley, aceptó ante Hubbard haber estado involucrado en el caso.
Hubbard dijo que no denunció porque no sentía que la ley le exigiera hacerlo y, en cambio, mantuvo en secreto las acusaciones contra Bentley y otros debido a la preocupación por el “escándalo y el respeto de los sacerdocio.” La diócesis finalmente retiró a Bentley del ministerio.
La transcripción “será leída con horror por el público”, dijo Cynthia LaFave, abogada que representa a algunos de los demandantes, en un comunicado enviado por correo electrónico el viernes. “El público verá la culpabilidad de la Diócesis al perpetuar una cultura de abuso sexual por parte de sacerdotes que se permitió durante décadas”.
Hubbard dirigió la diócesis en el Distrito Capital de Nueva York desde 1977 hasta 2014 y él mismo ha sido acusado de abuso sexual, lo cual ha negado. También testificó que la diócesis mantuvo registros que documentaban las denuncias de abuso sexual en archivos secretos en una habitación cerrada a la que solo él y otros altos funcionarios de la iglesia podían acceder.