A raíz de que los estafadores se vuelven cada vez más creativos contra las aseguradoras, los profesionales de seguros advirtieron que los siniestros fraudulentos aumentaran hasta 20 por ciento este 2022, según revelaron los hallazgos del Informe de Fraude en Seguros FRISS 2022.
El covid-19 tendrá un impacto duradero en los seguros, en gran parte porque la pandemia ha acelerado los procesos digitales. La encuesta bienal anterior, publicada en 2020, mostró que el cambio al trabajo remoto y las transacciones digitales aumentaron las cargas de trabajo, redujeron las inspecciones de fraude y dieron lugar a más casos sospechosos y comprobados.
“El fraude en los seguros es un mal al que pocos pueden escapar. Se estima que entre 5 y 10 por ciento de los costos de pérdidas provienen del fraude, llegando a superar 20 por ciento en algunas líneas de negocio y países específicos”, precisó Juan Mazzini, analista senior de Celent.
Esto representa un cambio respecto de la encuesta anterior en cuanto al aumento en el porcentaje de siniestros sospechosos.
Esquemas inusuales
FRISS, empresa focalizada en la lucha contra el fraude en el sector asegurador, detalló que durante 2021 los estafadores continuaron perpetrando esquemas de fraude contra las aseguradoras.
Algunos de los esquemas más comunes, según los encuestados, fueron lesiones falsas, no divulgación de información relevante, accidentes simulados, robo de ruedas y denuncia falsa de robo de teléfono móvil.
En tanto, algunos de los esquemas de fraude más inusuales incluyeron casos de corrupción gubernamental, robo de identidad para robar mercadería, lesiones personales autoinfligidas, y el robo de un camión de despacho de comida que no existía, entre otros.
La creatividad y la persistencia en el fraude de siniestros es un problema continuo para las aseguradoras. Para 41 por ciento de los encuestados, mantenerse al día con el modus operandi del moderno estafador fue su mayor desafío para responder eficazmente.
Otros desafíos incluyeron la protección de datos y la privacidad, de acuerdo con 37 por ciento de los encuestados, y una mala calidad de los datos internos.
El 100 por ciento de los encuestados cuentan con mecanismos para identificar siniestros potencialmente fraudulentos. Sin embargo, solo 62 por ciento emplea una solución tecnológica de detección.