La inflación en las principales economías del mundo está por encima de su objetivo de estabilidad de precios y es probable que las tasas de interés continúen aumentando a medida que la Reserva Federal de Estados Unidos continúe endureciendo las condiciones monetarias y México será el más reactivo.
En el reporte más reciente de Economic Insight del Swiss Re Institute, Caroline de Souza y Fernando Casanova, economistas de la institución, sostuvieron que ante el endurecimiento de la política monetaria del banco central estadunidense para hacerle frente al espiral inflacionario, “México será el más reactivo, dado su ciclo financiero estrechamente entrelazado”.
Swiss Re Institute elevó sus proyecciones de inflación para las principales economías de América Latina y, al mismo tiempo, revisó a la baja su pronóstico de crecimiento del PIB para 2022.
Para México se prevé una inflación de 6.5 por ciento, superior al 5.5 por ciento que estima el Banco de México, y un crecimiento económico de 2.1 por ciento.
Teniendo en cuenta que las ramificaciones geopolíticas del conflicto en Ucrania pueden tener efectos potencialmente duraderos en los mercados de energía y alimentos, y que la remodelación de las redes de la cadena de suministro poscovid aún no se ha llevado a cabo, la economía global puede estar entrando en un prolongado periodo de altos precios de las materias primas.
En vista de los desarrollos inflacionarios actuales, las respuestas políticas, como los recortes de impuestos y los subsidios en algunos países (Brasil, México y Argentina), como un medio para limitar los aumentos de precios de los elementos clave de la inflación (por ejemplo, gasolina y alimentos básicos), son apoyos fiscales que llegarán en un momento en que las finanzas públicas ya están estresadas.
Además, el entorno inflacionario de los pasados 12 meses ha impulsado a los bancos centrales a cambiar su política monetaria más rápido de lo esperado, y el ajuste es el tema general para el próximo año.
Los especialistas consideraron que los altos precios de las materias primas a escala mundial suelen generar un impulso de crecimiento favorable en América Latina por ser un exportador neto, las economías de la región se benefician de términos de intercambio más favorables y ganancias extraordinarias para los ingresos fiscales.
Chile y Perú, por ejemplo, dependen en gran medida de los metales; México, Colombia y Brasil tienen una gran exposición al petróleo, y la región en su conjunto es exportadora neta de bienes agrícolas.
“Esta vez, sin embargo, creemos que las condiciones económicas subyacentes y las incertidumbres políticas mencionadas anteriormente superarán los efectos positivos en el crecimiento de los altos precios actuales de las materias primas”, precisaron Souza y Casanova.
La perspectiva de crecimiento actual es muy diferente del superciclo de las materias primas de la década de 2000, que fue impulsado por una fuerte demanda china para respaldar el crecimiento de la infraestructura y la producción.