El ministro de Agricultura de Ucrania, Mykola Solskyi, dijo que la capacidad del país para exportar granos empeora día a día, mientras la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advierte que la guerra desatada por Rusia en Ucrania podría provocar un aumento de los precios de los alimentos y del hambre en el mundo.
Ucrania es uno de los mayores exportadores de productos agrícolas. En 2021 exportó cultivos por un valor de más de 12 mil millones de dólares.
“Ahora tenemos reservas de grano en el país, que estaban previstas para la exportación y se estiman en unos 7 mil 500 millones de dólares”, dijo Solski a la cadena de televisión Rada.
El ministro indicó que se debe mejorar la logística de exportación desde Ucrania, debido a que los volúmenes de grano son muy elevados y los puertos son limitados.
“Solíamos exportar entre 4 y 5 millones de toneladas de productos agrícolas y cereales por los puertos al mes”, recordó. Según el ministro, debido a la situación en el país sólo unos cientos de miles de toneladas pueden pasar por las fronteras occidentales.
“El impacto (en los mercados globales) es directo, dramático y grande. Y continúa. Cada día la situación se volverá más y más difícil”, indicó.
El portavoz del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, Thomson Phiri, comentó que el conflicto en Ucrania podría provocar un aumento de los precios de los alimentos y del hambre en el mundo. Señaló que la cuenca del mar Negro es una de las regiones más importantes para la producción agrícola y de cereales.
Ucrania y Rusia abastecen al mercado mundial 30 por ciento de las exportaciones de trigo, 20 por ciento de las de maíz, y 76 por ciento de las de girasol, por lo que cualquier interrupción de la producción o del suministro podría provocar un aumento de los precios.
En riesgo 100 mil empresas agrícolas italianas
Las repercusiones económicas del conflicto amenazan a 100 mil empresas del sector agrícola italiano, alertó la Confederación Nacional de Cultivadores Directos (Coldiretti).
“Casi 100 mil granjas italianas corren el riesgo de detener su actividad por el aumento explosivo de los costos de producción que superan con creces los ingresos de los agricultores y ganaderos por sus productos, desde la leche hasta la fruta, desde la carne hasta las verduras.”
Esta situación “reduce la autonomía alimentaria del país y su capacidad para responder al shock de suministro”.
Indicó que los precios de los fertilizantes aumentaron 170 por ciento, los de diésel 129 por ciento y los de alimentos 90 por ciento.
Como consecuencia, los costos crecieron en promedio 15 mil 700 euros por empresa, “pero con picos superiores a 47 mil euros para granjas lecheras y hasta 99 mil para granjas de pollos”.