Moscú. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, criticó ayer la “discriminación” contra la cultura rusa en los países occidentales y la comparó con la quema de libros hecha por los nazis en Alemania y Austria en la década de 1930.
“La última vez que se llevó a cabo una campaña de destrucción semejante de una cultura indeseable fueron los nazis en Alemania, hace cerca de 90 años. Nos acordamos bien de las imágenes de los libros quemados en las plazas públicas”, dijo Putin en un discurso televisado.
“Se borra de los carteles de conciertos a (los compositores rusos) Tchaikovsky, Shostakovich, Rajmaninov... Se prohíben los escritores rusos y sus libros”, citó, al aseverar que “la notoria ‘cultura de la cancelación’ se ha convertido en la abolición de la cultura rusa”.
Putin y otros responsables rusos multiplican las comparaciones entre la Alemania nazi y los países occidentales, a los que acusan de llevar a cabo una campaña rusófoba mediante las sanciones impuestas tras la ofensiva rusa en Ucrania.
La ofensiva en Ucrania ha suscitado una ola de solidaridad mundial con ese país que supera las sanciones decretadas por los gobiernos. Grandes federaciones deportivas y centros culturales de referencia dejan fuera de sus programas a atletas y artistas de Rusia.
En París se excluyó del programa al director de orquesta ruso Valery Gergiev y a la orquesta del Bolshoi; en Londres, el director de orquesta Pavel Sorokin también quedó fuera de la Royal Opera House. Además, dos bailarines del Bolshoi, el brasileño David Motta Soares y el italiano Jacopo Tissi, dejaron sus puestos.
De su lado, el canciller ruso, Serguei Lavrov, dijo que “se nos ha declarado una verdadera guerra híbrida, una guerra total” con el objetivo de “destruir, romper, aniquilar y estrangular a la economía rusa y a Rusia como conjunto”.
Afirmó que a pesar de las duras sanciones contra la economía y el sistema financiero del país, Moscú no está aislado y señaló que la gran mayoría de los estados no se sumarán a las sanciones occidentales contra Moscú.
El vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, declaró que el orden mundial existente comenzó a resquebrajarse en marzo de 1999, con el bombardeo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de Belgrado.
“En aquel entonces esas bombas, además de matar civiles, comenzaron a destruir el sistema de relaciones internacionales. Fue en ese momento cuando los miembros de la OTAN, y cuando decimos miembros de la OTAN queremos decir los estadunidenses, comenzaron a bombardear los cimientos del orden mundial”, dijo Peskov.
Destacó que Rusia, que forma parte de Europa, también se ve perjudicada por ese proceso, mientras Estados Unidos, que desencadenó la crisis, sufre en menor medida sus consecuencias. Peskov desmintió además las declaraciones del presidente estadunidense, Joe Biden, quien declaró la víspera que Putin trata de destruir la OTAN.
“Tuvimos un periodo romántico en las relaciones con la OTAN (...). Pero ese período romántico quedó en el pasado, y el romance fue remplazado por la vida laboral de costumbre, por unas relaciones de rutina”, recalcó el representante del presidente ruso.