Nueva Delhi. La compañía que está detrás de la vacuna contra el covid-19, presentada como herramienta clave para el mundo en desarrollo, ha enviado decenas de millones de dosis a los países adinerados, pero todavía no ha aportado ninguna al programa respaldado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) para abastecer a los más pobres, un indicio de la desigualdad que persiste en la respuesta global a la pandemia.
Covax planteó distribuir 250 millones de dosis de la fórmula de Novavax para marzo, pero la agencia de la ONU a cargo de las entregas anunció que los primeros envíos podrían realizarse en abril o mayo.
Esto no debería ser así. Cuando estalló la pandemia hace dos años, CEPI, una de las organizaciones que dirige el programa Covax, dio a Novavax 388 millones de dólares para acelerar el desarrollo de su fórmula, con el objetivo de que estuviese disponible en los países pobres.
La inversión garantizó a Covax el “derecho de tanteo” sobre las primeras dosis de la farmacéutica, pero el acuerdo se aplicaba sólo a las plantas de República Checa, Corea del Sur y España, señaló el vocero de CEPI, Bjorg Dystvold Nilsson. Hay otras fábricas que no forman parte del pacto, y sus biológicos se mandan a otras partes.
El Serum Institute of India, el mayor fabricante de vacunas del mundo, ha elaborado millones de dosis de Novavax. Según la cancillería india y el centro, más de 28.9 millones se enviaron a Holanda en enero y febrero, mientras Australia recibió alrededor de 6 millones. A Indonesia llegaron también unos 9 millones en diciembre.
Miles de inmunizantes más se enviaron desde una planta holandesa a otros países de la Unión Europea.
“Por el motivo que sea, una vacuna que se creía que era muy adecuada para los países pobres está yendo ahora en gran parte a los ricos”, lamentó Zain Rizvi, experto en política farmacéutica en el grupo activista estadunidense Public Citizen.
La demora es el más reciente revés para el Covax, que se ha visto afectado repetidamente por problemas de suministro y ha incumplido varios objetivos de reparto de dosis.
Según datos de la Universidad de Oxford, sólo alrededor de 14 por ciento de la población de naciones de bajos ingresos tienen al menos una dosis. Más de 680 millones de las distribuidas por Covax siguen sin administrarse o han caducado, según información de los gobiernos.
A los funcionarios de salud les preocupa también que haya desaparecido la urgencia de vacunar a la población contra el covid-19, en especial cuando muchos países retiran sus medidas de salud pública y la atención mundial se centra en otros asuntos. “Las naciones ricas han dejado a un lado el coronavirus y todo el mundo está obsesionado con la guerra en Ucrania, pero el covid-19 sigue suponiendo una grave crisis para la mayoría de la población mundial”, aseveró Ritu Sharma, vicepresidenta de la organización benéfica CARE.
Covax sigue sufriendo desesperante escasez de vacunas y con el ritmo actual de inoculación, el mundo está aún a “años y años” de inmunizar a un porcentaje de población suficiente para frenar nuevas olas, agregó. El saldo por la pandemia es de 476 millones 659 mil 238 contagios y 6 millones 107 mil 834 muertes, reportó ayer la Universidad Johns Hopkins.