En el camino al acceso a la justicia para los casos de desaparición forzada, es necesario impulsar mayores ejercicios de análisis de información, que permitan conocer lo sucedido no sólo desde el testimonio de las víctimas, sino también con la recuperación de los datos oficiales, coincidieron especialistas.
En El Colegio de México, Javier Yankelevich, historiador integrante de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), advirtió sobre los diferentes desafíos que enfrentan para la revisión de información oficial, pues en su mayoría está fragmentada, sin clasificar y no está digitalizada.
Indicó que en el caso de los trabajos relacionados con la desaparición forzada durante la llamada guerra sucia, “tenemos muchos papeles, hablamos de toneladas y toneladas de cajas rellenas de expedientes”, y “la documentación no ha sido organizada ni por los perpetradores que la produjeron, que la archivaron originalmente, ni por las instituciones que posteriormente la utilizaron”, como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y la Fiscalía General de la República.
Otro problema, apuntó, es que los “agentes del Ministerio Público que nos precedieron, los que todavía tienen los casos, no tienen instrumentos de sistematización estandarizados, compartidos y heredables”, por lo que es empezar de cero en cada cambio de responsable.
Ante ello, Yankelevich dijo que la CNB implementa el programa de computación Angelus, desarrollado en colaboración con científicos de datos de instituciones mexicanas, el cual organiza “documentos digitales, que pueden ser papeles institucionales, pero también testimonios, libros, artículos”, entre otros.
Sandra Serrano, directora del Observatorio sobre Desaparición e Impunidad en México, señaló que no se cuenta con suficiente información oficial acerca de los casos de desaparición forzada. Agregó que es importante tener los expedientes, porque también ayudan a “mapear la impunidad que se ha establecido”.