En el balance de su gestión humanitaria de 2021, el Comité Internacional de la Cruz Roja en México y Centroamérica advirtió sobre la intensificación de los flujos migratorios en la región y de la consolidación de la violencia como uno de los factores centrales. México sufre las consecuencias humanitarias de esta violencia: homicidios, desapariciones (el año pasado hubo un promedio diario de 91 víctimas de homicidio doloso y 20 personas desaparecieron cada día, según cifras oficiales), desplazamientos, separación de familias y amenazas.
Al presentar el Balance humanitario del CICR en 2021, el responsable de la oficina regional del CICR, Jordy Raich, aseveró que en el repunte de la migración confluyen un conjunto de factores económicos, cambio climático, pero especialmente el recrudecimiento de la violencia, el regional juega un papel muy importante. “La violencia tiene un impacto en las comunidades: rotura de vínculos, desplazamiento porque no ven un futuro en su comunidad, hay un cúmulo de razones donde la violencia forma parte importante”.
Como parte de la labor humanitaria del CICR está el apoyo en algunas comunidades específicas, el acompañamiento en algunos puntos de mayor intensidad migratoria pero también mediante la visibilización de los efectos de la violencia.
En el balance humanitario sobre México, el CICR subraya que “como paso fundamental se requiere reconocer y tomar conciencia colectiva de cuánto nos cuesta la violencia en términos de vidas y futuros perdidos: empezar por su desnormalización. Esto nos permite reconocer el dolor de las víctimas, nuestra indiferencia que revictimiza, recuperar la empatía, salir de nuestras burbujas, entender la violencia como un problema común y buscar, diseñar e implementar soluciones de calado”.
Mas adelante destaca que “las personas migrantes siguen enfrentando situaciones de violencia, tanto en sus comunidades de origen como a lo largo del trayecto migratorio. Frecuentemente se ven obligadas a tomar rutas cada vez más peligrosas, exponiéndose al riesgo de ser heridas, extorsionadas, atacadas, secuestradas, separadas de su familia y a morir o desaparecer al tratar de huir de la violencia o mientras buscan oportunidades económicas. En este contexto cambiante, el CICR siguió brindando, en colaboración con la Cruz Roja Mexicana y albergues de la sociedad civil, protección y asistencia a las personas migrantes”.
Al referirse a los flujos migratorios en México durante 2021 y las acciones adoptadas por el país para contenerlos, Raich comentó que el CICR parte de la premisa de que cada país tiene plena libertad de adoptar su política migratoria. Sin embargo, señaló que el contexto en que se dio el año pasado generó fuertes tensiones en ambas fronteras mexicanas, provocó mayores tensiones sociales y presión a la infraestructura de las comunidades donde pernoctaban, alentando prácticas discriminatorias contra las personas en movilidad.
Cifras oficiales dan cuenta de un aumento de 41 por ciento en el número de personas migrantes detenidas, al pasar de 182 mil 940 en 2019 a 307 mil 679 en 2021, lo que da luces sobre el volumen del incremento.